miércoles, 10 de agosto de 2016
SAYAT NOVA+SOYLENT GREEN
SAYAT NOVA: Siempre he pensado que existía una sobrevaloración de los elementos simbólicos en cines donde éstos sólo jugaban un papel relativo. Ese exceso de amor de la cinefilia por el simbolismo convirtió al cine de autor en una especie de suddoku que había que resolver, aunque el propio Tarkovski llegara a restarle interés con sus propias palabras. No es simplemente que la estética por la estética fuera suficiente sino que a veces el contenido se mostraba de forma apabullantemente nítida (qué delicia los diálogos de "Persona" y con qué mágica delicadeza enuncian sus tesis).
En cambio no deja de sorprenderme que en una obra donde en su inicio los intertítulos ya te dicen que está presente el "simbolismo y las alegorías propias de los poetas-trovadores de la Armenia medieval" sea habitualmente despachada haciendo alusión a su indiscutible y desbordante belleza plástica.
No hay duda de la evidente e inmensa categoría de "Sayat nova", pero si siempre me propongo dejar en cada párrafo una idea quizás simple no necesariamente genial pero indiscutiblemente mía, aquí voy a ser muy claro. No me he documentado lo suficiente sobre la figura de Sayat Nova, no sé nada de poesía armenia medieval y muy poco de religión ortodoxa. A duras penas acierto a entender, perdón por el eufemismo, no entiendo absolutamente nada de ni una sola de las alegorías o simbolismos de su metraje. Y no me puedo dar por satisfecho con su categoría plástica porque aquí sí que te dicen muy clarito que se trata de una obra simbólica. Me niego a hiperbolizar mis emociones sobre algo que no entiendo. Tampoco me estimula demasiado tener que leerme un solucionario, sí me gusta amplificar y desvelar mejor a través de las mejores críticas sobre todo aquello que no he acabado de captar o entender de las obras, pero en "Sayat nova" necesitaría simple y llanamente un solucionario. Y eso es tan poco apetecible...
SOYLENT GREEN: Titulada en castellano "Cuando el destino nos alcance", excelente mixtura entre la fábula ecológica angustiosa, la ciencia-ficción y el cine noir. La he visto conociendo su famosísimo spoiler y como debe ser no ha afectado en absoluto al disfrute de su visionado. Es una obra muy popular aunque quizás no de las más reconocidas de Richard Fleischer pero es que se muestra muy afortunado en la gestión de sus muy variados elementos (incluida esa historia de amor tan Chandler, tan Marlowe, entre Charlton Hestion y Leigh Taylor Young). Eso sí, inevitablemente la palma se la lleva la gran escena final del personaje de Edward G.Robinson, preciosa, y una vez más con esa sexta de Beethoven que sacábamos a relucir hace unas semanas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Tu comentario sobre Sayat Nova plantea una cuestión importante, sobre la que me parece oportuno citar este texto de Vila-Matas: "La verdad es que no entender nada me ha resultado siempre, como lector, extraordinariamente creativo, estimulante, alegre, y más bien alejado de todo drama. Esto no debe parecernos extraño. Después de todo, un clásico, por ejemplo, es simplemente un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir. Entenderlo todo puede ser el fin de la aventura, mientras que no entender nada es la puerta que se abre. Entre nosotros se halla muy arraigado, en cambio, el drama de no entender. De todos los países de la tierra somos el más obsesionado por esta cuestión. (...) Tenemos una cierta fijación en la idea carpetovetónica de que, aunque nos cueste mucho, debemos entenderlo todo."
ResponderEliminarNo lo traigo como crítica fácil de tu comentario (porque el gusto es libre y uno tiene todo el derecho a acotar sus límites), sino para proponer otra forma de acercamiento a esta película: al margen de las intenciones de su autor, sean estas cuales fueran, de la biografía real o inventada de Sayat Nova y de las tradiciones de la exótica Armenia. Como en el caso de Irlanda y Joyce, los datos contextuales pueden tener mucha más importancia para el autor que para sus lectores o espectadores.
Un saludo
A mí "Sayat Nova" me horrorizó desde el minuto 1 y dejé de verla no sé si en el minuto treinta o cuarenta. Es un tipo de cine cargado y cargante que soy incapaz de soportar (como, con estrategias distintas, lo es el de Wes Anderson, por ejemplo). Más allá o acá de sus símbolos, es su "carga" de significantes (como decían o aún dicen los post-estructuralistas) la que me desanima y provoca picores por todo el cuerpo. Será un atrevimiento ignorante pero para mí es un cine ornamental sobre todo, con toda su carga (de nuevo) peyorativa.
ResponderEliminarSobre "Soylent Green", qué curioso, hice yo una entrada en mi web hace unos días. La vi en condiciones infames en youtube y no la encontré demasiado estimulante, aunque tampoco despreciable, desde luego; y, como dices, lo mejor es la escena final y, por así decirse, su mensaje sobre los riesgos para nuestro planeta.
Sobre Vila-Matas, vaya, yo me he ido algo "quitando" en los últimos años, pues es ese tipo de meta-ficción que, también, a mí termina por cargarme, con su asumido y muy brillante ensimismamiento estético y su aparente creencia de que el texto está fuera del mundo. Uno no está ya para esos trotes, que a mí me pillaron más bien en mis veintitantos. Eso sí, me divirtió más "Kassel no invita a la lógica" que alguna otra novela suya más supuestamente importante.
Saludos.
Como dicen las famosos "me gusta que me hagas esta pregunta", "me gusta que traigas esta cuestión".
ResponderEliminarLo que dice Vila-Matas lo he defendido yo en múltiples ocasiones y me parece fundamental sobre todo en literatura, donde uno se enfrenta a un cánon de clásicos a veces con páginas farragosas e ininteligibles pero que justamente te dejan como él dice, y yo comparto plenamente, en el inicio de la aventura.
Pero yo quería cuestionar qué sucede cuando quien lo hace es una obra que se llama así misma "simbólica". Que a lo peor hago una interpretación pedestre del simbolismo pero esto viene aser como si tú estás perdido en la selva porque no has visto el plano que había justo en la entrada donde te marcaba claramente cuál es el camino a seguir. Cuando que hayas cogido el plano o se te haya olvidado marca tu relación la obra no existe tal aventura.
A lo mejor exagero y no es así pero me da por imaginar a ese supuesto experto en poesía medieval armenia en quien pensaba durante todo el metraje y lo imaginaba asintiendo tranquilo y seguro de si mismo y hasta pareciéndolo todo muy obvio y muy masticado.
Yo no diría que es horrible porque parece obvio que allí hay algo pero entiendo al espectador que se horrorice comno Luis. Y además cómo me va a parecer horrible con lo fan que soy yo del musical. Que por cierto, la semana que viene traigo a Mamoulian al blog, nacido 27 años antes en el mismo lugar que Paradjanov.
Saludos y gracias a los dos por participar
No puedo sentirme más identificado con tu comentario sobre "Sayat Nova". Admiro a quienes elevan a los altares todas y cada una de las películas de Paradjanov (yo solo conecto -y no de forma muy entusiasta- con la más fácil, "Corceles de fuego"), pero su simbolismo me saca a patadas de ellas pese a su celebrada plástica. Ni siquiera el documental supuestamente aclaratorio sobre los símbolos que acompañaba a la edición española del pack dedicado al director logró sacarme de dudas: es tal la sobreabundancia de explicaciones en torno a esos símbolos que no solo llegas a perder el interés sino que acabas aburriéndote y dejándolo a medias, que fue lo que hice. Definitivamente, este cine no es el mío.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Claro, es que una cosa es que te expliquen algunas claves y otra es que te tengan que explicar la película enterita. Paradjanov no hace nada malo, hace una película enmarcada fuertemente en un contexto cultural. Simplemente es irreal que tan poca gente diga "oiga, ese contexto cultural me pilla demasiado lejos".
ResponderEliminarUn abrazo
A mí no me parece tan hermética, o tal vez es que me entretenía en la proyección imaginando como es que a este tío le daban permiso para meter 400 ovejas en una iglesia con pinta de tener 1500 años. Lo que no me queda claro es si se casa dos veces, o es que se echa una amante, o es que se casa con una mortal y luego le visita una presencia espiritual, que yo entiendo que tienes una actriz tan guapa y la sacas en todos los papeles (el productor no te pone pegas, con lo que se ahorra), pero luego no te aclaras con qué papel representa en cada escena (salvo que le pongas alas).
ResponderEliminarLo mejor es todos los que escribían entusiasmados sobre que la obra maestra de Paradjanov recuperaba su metraje original tras los brutales cortes de los soviéticos... ¡pero si es igualita a la que conocíamos!
Para acabar: La leyenda de la fortaleza de Suram es mejor: igual de frontal y simétrica, pero se entiende todita.
Lo mejor es su sentido de musical. En eso me encanta. En una horita saco lo del gran Mamoulian.Ah el audiovisual georgiano.
ResponderEliminar