Preestrenamos antes del lunes por la tarde y concluimos estas seis horas y media de cine con un sabor agridulce. De aquí hemos sacado una gran película, otros momentos de enorme cine y muchas dudas sobre la naturaleza, honestidad y oportunismo del proyecto.
Si la segunda parte renqueaba como cine narrativo pero podía entenderse su apuesta tratándose de Sherezade como su raíz cultural, cómo no ibas a entregar al mínimo una de las tres entregas como cine narrativo, la tercera parte es aún más desconcertante.
Sherezade se adueña de los primeros 40 minutos en un regreso al cine libre y fresco que sabe hacer su director cuando quiere. Al terminar empieza un larguísimo segmento sobre pajareros, cuidadores, adoradores y concursantes en certámenes de pinzones, algo que no ilustra nada sobre Portugal ni sobre la crisis ni sobre nada identificable porque en España algo sabemos también aunque sea una gran realidad desconocida.
El fragmento de los pinzones, donde reencontramos la poderosa presencia de Chico Chapas, más que un fragmento es una película entera. Y uno duda de si realmente se trata de una elección deliberada, consciente y concienzuda en un tríptico como éste o estamos ante una película potencial, ante material descartado o borradores en el cajón. Y cuánto de borradores en el cajón hay en el resto de la obra.
Desde luego lo extraño es que Sherezade dedique más de diez noches a contar lo de los pinzones y las mil y una noches no hayan sido muchas menos y la imaginativa estrategia cuentística no haya fallado muchísimo antes de lo previsto.
La historia de los pinzones es interrumpida durante diez minutos por otro fragmento espléndido donde vemos manifestaciones del sindicato de polícía por las calles de Lisboa ilustrando una singular historia de amor, quizás porque alguien se acuerda de que esto tenía algo que ver con la crisis económica.
Poca película para terminar ribeteada por momentos enormes y el no saber por qué esto es un tríptico, si la crisis no está cogida muy con pinzas (pinzas de pinzones) y si no hubiese tenido mucho más sentido dejarlo en una película sólo un poco más larga.
El cine se toma un descanso en este blog y vuelve con renovadas energías el 7 de noviembre.
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