El cine negro o de misterio americano se vio presa en los años 40 de una particular y febril lírica psicoanalítica.
La excepcional "Laura" (Otto Preminger, 1944) es una de sus piezas más insólitas de vuelo más libre. Una especie de boceto inconsciente de "Vertigo" no sé si en lo que se refiere exactamente a su sentido último, que también en parte, o más bien en lo que se refiere a esa maravillosa estructura desdoblada que en Hitchcock regala una primera parte poética y una segunda prodigiosa en cuanto a observación y descripción de los personajes cuando Preminger había invertido ese orden. Ambas son obras sobre los espejos y reflejos del amor.
Lo suficientemente originales como para no ser asimilables ni comparables más que al tacto como sendos viajes de ida sin vuelta de orfeos bajando a los infiernos a la búsqueda de euridices tentadas de hacer que vuelvan la mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario