lunes, 9 de enero de 2023

AMARCORD

 

Después de "Roma" Federico Fellini rescató un texto que había escrito en 1966 llamado "La mia Rímini" y se asoció con Tonino Guerra, que era el guionista que había tenido Antonioni en sus explosivos años 60, para escribir "Amarcord" (1973). La asociación era ideal porque ambos eran de la misma generación, nacidos en 1920 con escasos dos meses de diferencia, habiendo nacido Guerra además en Sartangelo di Romagna a diez kilómetros de la Rímini de Fellini.
Amarcord es un invento del propio Fellini que procede la contracción “A m'acord”, que es la forma en que se pronuncia “Io mi ricordo” (“me acuerdo”) en la región de Emilia‑Romagna. Fue en su día quizás la película más popular de Fellini, aunque hoy en día el prestigio crítico, siempre hablo de prestigio crítico a modo informativo, creo que se lo ha llevado a manos llenas "Ocho y medio".
En "Amarcord" vista hoy se ve casi más al Fellini dibujante que el Fellini cineasta. Es una película estructurada en viñetas, a la manera que le hemos visto después copiar a Woody Allen al inicio de "Annie Hall" o en "Días de radio". Una panorámica sobre un pueblecito costero en la Italia fascista de los años 30, sin ningún ánimo verosimilista o histórico, donde prima la sátira, la hipérbole, el humor y lo que hoy se consideraría lo "felliniano".
Es admirable la capacidad que tiene este Fellini dibujante, junto a las aportaciones de Guerra, a la hora de crear iconos inmortales. La lista de escenas memorables y frases que recordaba perfectamente, y había compartido con amigos, es larguísima, interminable y resulta ocioso y redundante compartirla aquí. Hay que ser un dibujante poderoso para ofrecer ese trazo firme, original y creativo destinado a perdurar a fuego en la memoria del espectador. Algo que sería impensable sin la fotografía en color de Giuseppe Rotunno y sobre todo sin la música de Nino Rota.Uno querría salir a las calles de su pueblo a dar la bienvenida a la primavera solo a condición de que sonaran esas notas. Y además podemos escuchar "La cucaracha", "Siboney" y hasta "Stormy weather" en momentos remarcables, que los son casi todos.
"Quiero una mujer", la Volpina, la Gradisca (excelsa Magali Noël), "si Mussolini sigue así, no sé, no sé", los dientes de león, la quema de la bruja, San Luis llorando, la estanquera, las odaliscas, Aldina, Gary Cooper, sírvanse ustedes mismos y prolonguen la lista hasta el infinito porque la película es un fluir incansable de esos iconos a lo largo de dos horas de metraje. Si por ejemplo en "La vida de Brian" están inexplicablemente concentrados en la primera media hora aquí están muy bien repartidos.
Una película famosísima de la que en los últimos años no se ha hablado tanto pero que ha formado parte de nuestra educación sentimental y cinéfila, la pude ver hasta ne pantalla grande, y que no es justo olvidar ni hacerla entrar ahora en un juego vano de apreciaciones y depreciaciones. De bien nacidos es ser agradecidos.
 

 

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