lunes, 17 de diciembre de 2018

CUATRO NOCHES DE UN SOÑADOR

De una forma totalmente inesperada, en este año en que me he terminado los largos de Pialat y Dreyer (da igual, podría volver a empezar), antes de la cena de hoy he dado por fin con una magnífica copia de "Quatre nuits d'un rêveur" (Robert Bresson, 1971), que puede que fuera la película que más ansiaba descubrir de la Historia del Cine.
Más que revelar que ha colmado mis expectativas hay que explicar por qué es imposible que no lo hiciera. Adaptación de "Noches blancas" de Dostoievski a manos de Bresson, el mejor adaptador del ruso, filmada en una época de inspiración y simbiosis con el universo de Fiodor, pues venimos de la excepcional "Une femme douce", que ronda también en excelsa copia y habrá que darse el gustazo de revisar.
Nada podía salir mal y nada sale mal. Extraordinaria, preciosa y emocionante película, desde el paseo campestre del protagonista y desde las lágrimas en Pont Neuf de la inolvidable y fantasmal, filmada en tantos planos sublimes como si no tuviera brazos, Isabelle Weingarten (vista este año en el Suwa). Filmada en imborrables planos entrando en el portal de su casa.
Quizás en su segmento central pueda resultar que pierde demasiado su sustrato literario en favor de esa pureza visual marca de la casa pero en su último tercio la palabra vuelve a recobrar el vuelo necesario y debido, en un relato de sobras conocido pero filtrado, asimilado y reconvertido por una de las miradas cinematográficas más geniales de la Historia del Cine. Punto y aparte sin antecedente ni herederos.
Incomparable para mi a la versión de Visconti, son dos tipos de emociones que no tienen nada que ver la una con la otra que afortunadamente coexisten en nuestros recuerdos pacíficamente. Felicidad absoluta. Voy a tener que pararme a pensar cuál era la segunda película que más deseaba ver.


2 comentarios:

  1. No sé si será una locura mía, pero esta película me parece que fue fuente de inspiración al cine "urbano" de parejas extrañas de los Rudolph de los 80, o el cine en general de War Kong-Wai. Recuerdo escenas en que los protagonistas dialogaban "poéticamente" como en ese cine. No sería la primera vez que Bresson abre caminos para todos los demás. La para mí mejor película de las suyas, "Les dames du Bois de Boulogne" es un compendio 20 años antes de toda la nouvelle vague. Tiene escenas truffautianas, chabrolianas, rohmeristas y godardianas.

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  2. Dando por hecho que no haya estado tan desaparecida ni tan poco vista como aquí en los últimos 20 años, sin ninguna duda. Como ahora tendré que empezar con todo Bresson otra vez, me acordaré de tu sugerente comentario de "dames"

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