Si realmente existe algo parecido a una trilogía de la deconstrucción del mito Eastwood, habría que tener en cuenta la figura del guionista Nick Schenck, alguien totalmente curtido en el mundo televisivo que atesora en sus créditos los guiones de "Gran Torino", "Mula" y ésta "Cry Macho".
Más que entrar en una competición sobre cuál es mejor, no ya por estéril, absurda o simplemente porque no lo sé, hay algo que llama poderosa y positivamente la atención de "Cry Macho" respecto a las otras dos. Considero que esa deconstrucción a la que tanto se agarran los críticos es mucho menos enfática, mucho menos subrayada en fosforito. Los diálogos de la película están mucho menos trufados de líneas ingeniosas, salidas inesperadas del personaje o búsquedas de la exclamación del público en plan "jaja, caramba qué gruñón/calavera/cabroncete es Clint".La presencia de Eastwood en el film es mucho más sosegada, natural, espontánea y creíble que en las otras dos películas. Y lo más bonito, se nota que tiene 91 años. Esa moderación del tono del guion ayuda a hacer resplandecer mucho mejor la dirección de una película a mi juicio hermosa, que si no es extraordinaria es por una narración con un esquema excesivamente convencional:pero eso ya lo sabían todos cuando empezaban a rodar y no puede ser ninguna sorpresa. Saber que estás haciendo muy bien un avioncito de papel y no un jet a reacción.
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