sábado, 27 de diciembre de 2025

OBSESIÓN (1943)

 Se ha calificado infinidad de veces como una especie de inicio del neorrealismo, cosa que supongo es incierta pero no disparatada. Lo que pasa es que lo que más sorprede no es tanto eso, que tiene un valor relativo, como ver de qué manera parece anticipar el cine negro americano de los años 40. No ya por su tema, que es la conocidísima novela de James M.Cain "El cartero siempre llama dos veces", que Visconti había conocido a través de Jean Renoir mientras trabajaba en Francia durante los años 30, y quizás viera "Le dernier tournant", que fue la primera adaptación.

Es como si Visconti a través de esa novela inventara las sombras realistas y fatídicas de toda una dećada por venir, al mismo tiempo que Hollywood estaba empezando a inventarlas en ese momento saliendo de su cine gangsgteril. En 1943 las películas de Hollywood estaban prohibidas en Italia pero no sé cuanto viajaría entonces un Visconti y colaboradores en plena guerra y si llegaron a ver en Francia, "El último refugio" o los pocos títulos similares de ese filón, que no, que leo que Francia se estrenó mucho más tarde. Hizo esta película a ciegas, seguramente, solo con la novela.
Es un noir asombroso, quizás si se hubiera hecho años más tarde en el fondo solo sería un noir de excelente calidad pero situado en su tiempo es como si estuviera inventando algo. Es una obra maestra en ese sentido cada vez menos utilizado de película que enseña y abre caminos a las demás.
La escribió el director junto a unos críticos de una revista milanesa de cine que dirigía el hijo de Mussolini,Vittorio, al que le indignó mucho la película y al que se le atribuye a la salida de la proyección la frase "Esto no es Italia". Este enfado atrajo la atención de su insigne padre que la autorizó con restricciones tiempo después.
La novela no se pirateó porque sí, en 1943 no se podían comprar los derechos de una novela de un país con el que se estaba en guerra. Lo que hizo que la película italiana no pusiese verse en EEUU hasta 1976.
Massimo Girotti y Clara Calamai (que se parece un poco a una Anna Magnani, que tenía que haberla protagonizado pero no pudo por su embarazo) exudan una carnalidad poco frecuente en 1943, en una primera muestra de lo sudoroso que iba a ser el género. Es lo que tienen los maestros y los profetas, que lo ven antes que nadie.
Y creo que totalizamos ya unas 30 películas con sus correspondientes 30 pequeños textos. Como mi doctora dice que ya estoy mucho más cerca de Jim Carrey que de Victor Mature, este extra de cine ha llegado hasta aquí. Ahora deciden, como siempre, los ritmos de la maldición bíblica, una losa sí, aunque ambas partes de la mía un poquito si nos alegramos de estar allí, al menos mientras no llegan los deseados viernes no podemos hacer nada mejor.



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