sábado, 9 de abril de 2011

MISTERIOS DE LISBOA, TOMA PRIMERA

Me parecen muy atinadas las analogías que se están haciendo en algunos medios entre esta película y "Origen" de Nolan. A esta película le pasa un poco como a algunos títulos de Jacques Rivette (Ne tochez pas la hache y en especial La religieuse), pero en clave mucho más grave y exagerada y pesa mucho más sobre el resultado. A pesar de los enormes atractivos visuales, uno presume que el material de partida es tan vetusto, incomible y plomazo que no hay atractivo visual que pueda compensarme. El chorreo de hechos, personajes, honras y deshonras provoca mi desconexión casi inmediata y absoluta. La hermosísima y brillante puesta en escena no puede hacer nada y aún no he logrado ser tan formalista como para delirar sólo con eso, necesito un folletín desmelenado, no una paliza en un callejón oscuro. Al descanso me largo, no es de las peores películas que he visto ni renuncio a retomarla en otra ocasión (en una tele no mucho más pequeña que la pantalla), pero por todos los dioses, prometo que no puedo más por hoy y hace muy buen día. Lo que demuestra también que está desapareciendo en mí cierto sentido de obligación "profesional" que he tenido con las películas durante años.¿Una pena?, no lo creo, francamente.¿Recomendable?, sí, especialmente para valientes, leñe, si hasta "La mejor juventud" venía en dos partes...


4 comentarios:

  1. Y yo que albergaba esperanzas de abrazar este elogio del folletín ante el que con práctica unanimidad se han arrodillado tod@s...

    Abrazos.

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  2. Y no debes descartarlo en absoluto, de hecho ni yo mismo descarto enfrentarme a la segunda parte, pero por un día hubo más que suficiente.

    Abrazos

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  3. Pero qué dices, Sergio?

    Misterios de Lisboa mola mogollón, y te quedaste sin saber quién es el padre del Padre Dinis por tu impaciencia.

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  4. En el siglo XIX la gente esperaba más para saber estas cosas, no es que me muera por saber pero ya me enteraré, en la siguiente entrega, de hecho me parece mucho más razonable lo de los seis capítulos de una hora que esa maratón que se me proponía. Si horas después me estremecía pensando que, como el dinosaurio de Monterroso todavía seguiría allí. Y es que pardiez, si a duras penas soy capaz de pasar de tres películas diarias en el mejor de los casos. Ruiz me pedía mucho

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