NO SE PUEDEN GUARDAR LOS RECUERDOS DE UN CRIMEN
Ésta es una de las muchas entradas que podría dedicarle a "Vértigo", depende de cómo haya sido el visionado. Hoy, 15 de junio de 2011, ha sido por primera vez en pantalla grande, un año después de un intento fallido. Física y mentalmente estaba triturado, pero he acabado en un estado de felicidad y entusiasmo por el cine, inimaginable en tal estado.
"Vértigo" sigue estando lejos de ser un clásico sobado y architópico que agote, esta copia de la restauración de 1996 me ha vuelto a mostrar una película que para mí podría resumir lo que más me engancha hasta la adicción, me emociona y alimenta mi cinefilia hasta los restos. La capacidad para hacer temblar tus cimientos, no por la historia que está contando, no por los diálogos, sino que la pura vibración de la imagen es la que transmite toda la obsesión, el fetichismo, la pérdida, la atracción sexual (desde un punto de vista seguramente profundamente masculino y heterosexual), la construcción aventurera y precaria de una nueva pareja, y el fatalismo, la tragedia...no es el guión el que construye esa ensalada de sensaciones, si acaso lo vertebra, es la vibración, el temblor de la imagen lo que le da a "Vértigo" esa consistencia perdurable e inolvidable que aún no me ha cansado. Es mucho más que una película de intriga criminal. Ford y Murnau son los cineastas con los que he tenido una similar sensación, añadiéndose aquí el perverso y sensual placer de mirar, el cine y el cine de Hitchcock en particular es un arte para mirones, sin duda.
Ésta es una de las muchas entradas que podría dedicarle a "Vértigo", depende de cómo haya sido el visionado. Hoy, 15 de junio de 2011, ha sido por primera vez en pantalla grande, un año después de un intento fallido. Física y mentalmente estaba triturado, pero he acabado en un estado de felicidad y entusiasmo por el cine, inimaginable en tal estado.
"Vértigo" sigue estando lejos de ser un clásico sobado y architópico que agote, esta copia de la restauración de 1996 me ha vuelto a mostrar una película que para mí podría resumir lo que más me engancha hasta la adicción, me emociona y alimenta mi cinefilia hasta los restos. La capacidad para hacer temblar tus cimientos, no por la historia que está contando, no por los diálogos, sino que la pura vibración de la imagen es la que transmite toda la obsesión, el fetichismo, la pérdida, la atracción sexual (desde un punto de vista seguramente profundamente masculino y heterosexual), la construcción aventurera y precaria de una nueva pareja, y el fatalismo, la tragedia...no es el guión el que construye esa ensalada de sensaciones, si acaso lo vertebra, es la vibración, el temblor de la imagen lo que le da a "Vértigo" esa consistencia perdurable e inolvidable que aún no me ha cansado. Es mucho más que una película de intriga criminal. Ford y Murnau son los cineastas con los que he tenido una similar sensación, añadiéndose aquí el perverso y sensual placer de mirar, el cine y el cine de Hitchcock en particular es un arte para mirones, sin duda.
Selecciono unas fotos que se me han quedado grabadas en el inolvidable y hermoso día de hoy, otro día podrían ser otras (qué exteriores tan impresionantes y tan vivos, lo que no recojo, de momento, es lo sublime que está James Stewart en V.O en la subida final al campanario). En breve rescataré la selección que hice, sin revisar la película, hace como un año en facebook.
En Barcelona, nuevo pase domingo 19 a las 19:30, quien pueda, aunque crea que ya se la sabe de memoria, se topará con un regalazo. Una de las más grandes.
Preciosa entrada, maravillosos momentos de entre los muchos difíciles de escoger. Precisamente tengo seleccionados fotogramas relacionados con besos y con espejos para colgarlos próximamente.
ResponderEliminarAbrazos,
Rafa.
Muy currado Sergio, enhorabuena.
ResponderEliminarRoy
¿Vértigo? ¿En pantalla grande?... Eres un suertudo (y yo un envidioso). Voy a quedarme con varias maravillosas fotos, esta, aquella, la otra... ¿todas?
ResponderEliminarComo dirían los norteamericanos, very inspiring, Sergio, indeed.
Saludos
Ver el gran cine en pantalla grande no se pude comparar con nada. Ahora que tendemos a reducirlo todo en portátiles, tabletas y móviles, pronto será imposible acceder al estado natural enq ue fueran creadas estas obras. Yo he tenido la suerte de ver en cine (reposiciones lógicamente) "Gertrud", "Red River", "North by northwest", "Heaven can wait", "The fall of the Roman empire", los Mabuse o los Padrinos (la última sí que en el estreno) y las revisiones posteriores me han sabido siempre a sucedáneo.
ResponderEliminarEn particular, debo decir que yo empecé asistiendo regularmente al cine para ver clásicos. Tenía 14 años y la Filmoteca tenía sedes provinciales. La primera vez fue "Vacaciones en Roma" y la segunda una película de un tipo muy renombrado que se llamaba casi igual que Ingrid Bergman, titulada "El séptimo sello". Sólo un año después empecé a ir al cine a ver estrenos con regularidad, una vez por semana.De las que citas, Jesús, "Heaven can wait" es otro de mis grandes objetivos, que con los años van cayendo uno tras otro.
ResponderEliminarRafa: en cuanto a besos y espejos tienes lo que quieras en "Vertigo".
Javier, juez Bean: anda un ciclo Bernard Herrmann por varias filmotecas, reclamad lo que es vuestro.
Saludos, abrazos y gracias por el interés mostrado.
Hay una tendencia a considerar que lo que no sea scope o tenga cualquier otro sistema ancho, no se nota ni mejor ni más "auténtico" al verlo en pantalla grande, pero no es cierto. Todo Murnau o Mizoguchi, quizá los dos mayores artistas plásticos que ha dado el cine, es 1,33:1 y por mi poca experiencia ("Ugetsu..." y "Sunrise" o "City girl") con ellos en un cine, ganan enormemente, surge el misterio como nunca antes.
ResponderEliminarAdemás hay que sumarle la magia de la experiencia colectiva, recuerdo el silencioso y expresivo "ohhhhhhh" que se oyó en la sala al aparecer en pantalla el "couldn't she get drowned?" de "Sunrise". Con Mizoguchi aún no he tenido el placer.
ResponderEliminarSí, si lo he tenido "Utamaro" y "La emperatriz Yang Kwei Fei", ¡año 2002!.
ResponderEliminarSí, el cine como experiencia compartida, más que colectiva, que suena casi comunista.
ResponderEliminarRecuerdo lo divertido o digamos lógico (los aplausos en los films de Godzilla, el asombro de la sala entera cuando se elevaba la bicicleta del niño de "ET"...) pero también cosas que ayudaban a hacer más intenso el film como el silencio del final de "The Bridges of Madison County" o el asombro por la sorpresiva clausura de "Tristana".
Decía colectiva porque compartida puede tomarse exclusivamente por "ir al cine con alguien conocido", y me refería al hecho de compartir emociones con desconocidos.Esa experiencia tiene tanto valor que incluso forma parte para mí del valor de una película como "Limelight", una aplaudida catarsis que he visto siempre con público en ciudades diferentes con el mismo efecto.
ResponderEliminarLas anécdotas serían interminables, en especial yo tengo grabado mi único pase de prensa como una experiencia profundamente desagradable (se respiraba odio al mundo en el ambiente, viendo la última de Rohmer), mis encuentros con personajes conocidos en la sala (Guerín viendo "Ordet" o Isabel Coixet viendo "La guerra de los mundos" antes de rodar ella con Tim Robbins), y como experiencia agradable me quedo con los aplausos finales de la Filmoteca, nunca automáticos o previsibles, siempre mascados en el ambiente durante la película.
sí sí, tengo el DVD aunque hace mucho q no la veo pero sí, es muy buena película como todo lo que hacía Hitch :)
ResponderEliminarYo también tengo el dvd, lo que no veo que no existe todavía es una versión de "Vértigo" en blu-ray.
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