Se ha estrenado, casi un año y medio después de su pase en Cannes, "L'apollonide" de Bertrand Bonello (gracias al infatigable trabajo de su distribuidora). Una hermosa y elegantísima película, con una estupenda banda sonora, ambientada en un burdel parisino de finales del siglo XIX, donde a pesar de que la cámara retrate a indudablemente bellas mujeres, estamos casi ante una película laboral como "La danza" o "Ne change rien", que deja desprovista a la actividad de estas mujeres de todo glamour que le haya podido conferir el cine alguna vez. Y no sólo por el hecho sórdido que recorre los 125 minutos de metraje, cae sobre el espectador toda la angustia, la soledad y la penosa jaula de esa situación por si misma, sin necesidad de hacer un crudo cine social de trata de blancas, ni hacer ningún planteamiento aleccionador. Probablemente la postura abolicionista no podría encontrar mejor película.
Un film construido sobre rutinas y rituales, concentrado en un microcosmos muy bien definido, con una gran cualidad pictórica en la construcción de sus imágenes. Una de las grandes películas del año que si ha acusado cierta sobrevaloración es porque sin duda es verdad que no se estrenan películas como ésta.
(Notas al margen: un error en el blog ha hecho que en los blogrolls no aparezca la anterior entrada sobre el Dracula de Browning. Si les interesa, ya saben. Además con esta entrada doy por finalizada la rutina de escribir sobre todo lo que veo. Tras casi 250 entradas y un cierto cuerpo de blog ganado en un año y medio, vamos a dejar hablar más a las películas, a ver cuál de ellas se gana la entrada. Aparcada la cantidad en favor de la calidad, todos vamos a ganar tiempo)
Veo que has tenido un Agosto fecundo y a un ritmo infernal. Me costará ponerme al día, pero sobre todo un gusto volver a leerte.
ResponderEliminarAbrazos.
Roy.
Siempre menos de lo que habría querido, jaja. Muchas gracias, es el momento de bajar el ritmo, incluso de no comentarlo absolutamente todo.
ResponderEliminarAbrazos