sábado, 5 de enero de 2013

THE MASTER

"The master" pisa fuerte y amplifica el camino de perfección de Paul Thomas Anderson, una insólita figura en el cine americano, que con sólo 42 años ofrece una perspectiva tan sugerente, extasiante, como total y absolutamente imprevisible.



La fuga de Paul
 
El mejor relato de Paul Thomas Anderson es quizás su propia carrera como director. O al menos el relato que yo haría de ella, que muchos fans no compartirán. No he visto "Sidney", pero comencé el periplo con "Boogie nights", una película muy bien anclada en el cine de los 90 y en el relato de ascensión y caída acompasado por la disco que Martin Scorsese había apadrinado con su histórica "Goodfellas". También estaba muy bien anclada en su tiempo, y lo trascendía brutalmente y casi anticipaba para bien y para mal el nuestro "Magnolia". Una historia, o varias, que sobrepasaba el "Short cuts" de Robert Altman y que casi constitutía el germen de Christopher Nolan (de cuyos Batman Anderson es fan), excesivamente zapeante y monocorde dentro de su ritmo me pareció en su momento, tanto como fascinante cada vez que la recuerdo o le echo un vistazo fragmentadamente.

Desde entonces las películas de Anderson me provocan parecidas sensaciones a un director con el que nada tiene que ver, Stanley Kubrick, a veces incluso no gustándome, o no convenciéndome o no emocionándome, sus películas siguen en mi memoria, las tengo presentes para revisiones futuras, tienen un algo seductor que me mantiene vinculado a ellas.




Algo empieza a quebrarse con "Punch drunk love" (en España Embriagado de amor), una excéntrica comedia romántica, fuera de todo contexto, que pasó mucho tiempo por ser mi favorita de Anderson, tendría que revisarla, en la que utilizaba magistralmente al icono del género Adam Sandler.

"Punch drunk love" creo que supone la primera fuga de Paul de su propio y vertiginoso virtuosismo, la primera película que no tiene absolutamente ninguna relación con lo que están haciendo sus compañeros de generación, y el arranque en la búsqueda de una creatividad única, emocionante, inclasificable y sobre todo reposada y ya en una nueva década con el relato recompuesto de sus pedazos.



Sigue ahondando en ese camino con "There will be blood" (Pozos de ambición), con un inicio que remite a la expresividad del cine mudo y un desarrollo que tiene mucho que ver con la perfección y la gelidez que también podría tener un Stanley Kubrick. Es una película tan poderosa como desconcertante, una de las que más me apetecería volver a ver y que magnifica otra de las características del cine de Anderson: el carácter inconcluso de la mirada sobre ellas, que siempre es una primera mirada, y "The master" no es una excepción.

La Causa

Si "There will be blood" hundía alguna de sus raíces en el mudo, "The master" remite o sugiere sin homenajearlo torpe o babosamente una cierta ligazón con el primitivismo visual y el naturalismo de gran novela americana del cine de Erich Von Stroheim

Es probable que los estrenos de 2013 puedan traer cinco o seis películas superiores a "The master", pero es improbable que alguno de ellos tenga entre sus haberes la banda sonora del año, el impresionante trabajo de Jonny Greenwood, que dota al primer tercio de la película de una fascinación  extraordinaria, de la condición de experiencia audiovisual sin parangón.(Fascinación a la que no son ajenas las imágenes de Mihai Malaimare jr, al que Anderson utiliza muchísimo mejor que Coppola en su etapa I'm free, ni es ajena la presencia del director de arte de Malick, el tremendo y mítico Jack Fisk).




La historia que se cuenta, la deriva mental del personaje del maravillosamente sobreactuado Joaquin Phoenix en manos de la organización que dirige el personaje de  Philip Seymour Hoffman, no es que no sea importante o interesante , pero lo que verdaderamente arrebata es la creación de otra dimensión mental que se consigue para contar esa historia. Anderson nos mete de lleno en el mar o en el desierto, en la ciudad, donde sea, donde quiera. No me parece una película de especial reflexión social o religiosa.

A mitad de película hay un cierto punto de saturación narrativa de tanta fascinación, de tanto misterio, el colega con el que la vi y yo dimos una leve cabezada. La película es algo larga, pero cuando sacudes la cabeza y te das un par de tortas la retomas con todos sus misterios y todos sus interrogantes. Con todas sus incertezas.




"The master" procede directamente de "There will be blood", seguro, pero no la repite rutinariamente. Se da la mano con el anterior Anderson, pero cuando extiende la otra no sabemos a dónde irá. Es para mí probablemente la más emocionante y maravillosa película que haya hecho hasta este momento. Y sólo he aplicado sobre ella una primera mirada, sus fotogramas se me desparraman huyendo por todos los resquicios.

La próxima vez que traiga a Anderson a este blog habré hecho los "deberes" y habré vuelto a ver todas o algunas. Lo hacemos todo por este señor que no se estanca, ni se duerme en sus viejos laureles y progresa exponencialmente en la creación de su insólito y brillante Arte. La frecuencia algo espaciada le sienta bien, centrarse en pocos personajes le sienta bien, Jonny Greenwood le sienta de fábula. El cine le sienta bien.



12 comentarios:

  1. Hay Sergio me encantaría leerte , pero ya sabes que tengo que esperar, de hecho he pasado a toda pastilla buscando el casillero del comment. Probablemente sea la película que más espero este año.

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  2. Jaja, venía a echar un vistazo y antes de ver si había comentarios he imaginado éste mismo que me has puesto, si es que ya somos como Liv Ullmann y Bibi Andersson en Persona :-P

    Espero que la puedas ver pronto, por supuesto, y que nos comentes aquí o en cualquiera de los sitios en que nos leemos.

    Un saludo

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  3. Me faltan por ver Punch drunk love y ésta última. Me parece, como dices de There will be blood, que es la que tengo más reciente, un director desconcertante y de puesta en escena poderosa, veo sin dificultad ese extraño paralelismo con Kubrick,aunque creo que aún no ha filmado una película redonda, pero a veces eso no es nada malo. Saludos

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  4. Le quedan muchos años. También puede considerarse que las películas no tienen por qué ser redondas. Todo esto obviando claro que hay quienes creen, y no son pocos, que sí las ha filmado redondas.

    Saludos

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  5. En este capítulo de cine actual tengo mucho que leer, escuchar y aprender. En general, de todo el cine, pero del último, más. Sólo he visionado de este director "Magnolia", la cual me encareció un buen amigo que no la dejase pasar. La vi y no me entusiasmó, con franqueza. Nada que ver, a mi juicio, con los "short cuts" de Robert Altman, los de Rodrigo García ni con el "Crash" de Paul Haggis, una película que me encanta.

    Pero, en fin, yo aquí he venido a aprender. Tomo nota.

    Salucines

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  6. Yo en cambio, a pesar de que mantengo mis vicios de "fashion victim" y de no perderme esas películas actuales que se supone que "hay que ver", aplaudo que cada cual siga viendo aquello que le apetezca ver. Y como dijo más o menos algún bloguero, a nadie le sorprende que alguien se dedique a seguir leyendo a Dickens y pase de Paul Auster (o de Javier Cercas).

    Saludos

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  7. Vicios cinéfilos inconfesables tenemos todos, imagino. En cuanto a gustos y disgustos. Ayer sin ir más lejos me quedé pegado en la tele viendo "Knight & Day", con Tom Cruise y Cameron Díaz esquivando toros por las calles de Sevilla en San Fermín. Inenarrable. Y la película, simpática.

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  8. Vaya, yo no entiendo demasiado el entusiasmo que suscita PTA, que me parece un cineasta inflado, como sus películas.
    En "The master" aunque puedo apreciar sus intentos de contar y dirigir la película de uno forma totalmente alejada de estilos y modas del cine norteamericano actual, los personajes me interesan muy poco. Creo que se nota en cada fotograma un esfuerzo y una voluntad muy grandes por mostrar una relación de gran complejidad entre los dos protagonistas, siendo ese el problema para mí, que se nota fatigosamente pero el resultado no es tal.
    ¿De verdad que un cretino como el personaje de J.Phoenix necesita dos horas y media? Bloques enteros como ese interminable en que va de la ventana a la pared de madera y viceversa repetidamente me resultan insufribles.
    Pero reconozco que dudo mucho de mis criterios y sospecho que algo me estoy perdiendo al ver cuánta gente cuyo criterio respeto admira esta obra y a su autor.

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  9. Es complicado explicarlo, Igor, pero no se trata de criterios acertados o equivocados (y no es la típica frase políticamente correcta). Más que nada porque qué pesadez si se acaba descubriendo científicamente quién ha acertado, yo me dedico a otra cosa.

    Tampoco creo que la relación sea realmente tan compleja, ni si quiera que lo pretenda realmente. Sinceramente creo que la película no acaba de funcionar como relato convencional por el interés de los personajes, demasiado vaga, demasiado estirada quizás, demasiado incompleta, pero fascina como pura imagen en movimiento, por la ambientación que crea, por el color, por el mar, por el desierto, por la entonación y el movimiento de esos dos personajes tan retorcidos, por cómo te mete en ese espacio, en ese territorio malsano, casi puramente mental. Es la creación de algo que remueve y atrae que va más allá del "interés" de la historia.

    Ya me habéis dicho alguna vez que eso puede ser insuficiente, incluso se puede pensar que tiene algo de timo, en parte tenéis o podéis tener razón, por qué no reconocerlo. Aunque a mi me fascina.

    Ricar2, creí que ese era "Misión imposible 2", que no me gustó nada, como tampoco soporté la 3, en cambio soy muy fan de la 4, como producto que inesperadamente te deja pegado a la pantalla.

    Saludos

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  10. Misión imposible 2 sitúa las fallas en Sevilla. Knight & Day lo hace con los sanfermines. A ver si a la tercera atinan.

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  11. Yo esa fascinación que dices por la forma más allá del relato la entiendo, Sergio, y la comparto.
    Pero es que me parece que Anderson, aun siendo un cineasta muy consciente de la forma, no es un creador de formas del nivel de Hitchcok, Resnais o Claire Denis como para sustentar la película tan por encima de la narrativa.
    Hoy he leído casualmente en un texto en inglés que me parece extraordinario sobre "The Master" una expresión que me ha parecido muy acertada, que explica algo de lo que yo intentaba más torpemente decir: "too eager in its obliqueness". Y perdón por la cita externa, y además en inglés.

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  12. Anda, no me había fijado que en los comentarios también se podía linkear.

    La verdad es que no sé si se nota pero entiendo muy bien los "peros" que se le pueden poner a "The master", aunque a mi no lleguen a afectarme.

    Es un caso por ejemplo diferente al de "El árbol de la vida", que me parece peor en sus partes más convencionales y más inspirada en aquellas que irritaban más. Ahí sí que no estaba en absoluto en consonancia.

    Saludos

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