domingo, 6 de octubre de 2013

MET live:Eugene Onegin


Me hace mucha ilusión escribir unas líneas sobre este, como se llamaría hoy en día, evento y quisiera anotar algunas cosillas desde tres perspectivas:

Salas de cine: En innumerables ocasiones he comentado que las salas de cine han servido a lo largo de su historia, y deberían seguir sirviendo, además de para el desarrollo de la cinematografía, para la difusión de otras artes y otras obras cuyas posibilidades de difusión mundial son limitadas. Es muy improbable, aunque no imposible, que usted y yo veamos con cierta magnificencia los montajes operísticos del Metropolitan Opera House de Nueva York, ¿por qué no acercarlos gracias a las salas de cine?. Estos eventos se han convertido para las salas en pequeñas válvulas de escape, y quizás con los años se multipliquen, quién sabe, finales de la NBA, conciertos de pop rock, etc etc. Evidentemente no es lo mismo que vivirlos en riguroso directo, pero jugando con la improbabilidad de esta vivencia y que mantenemos el ritual de salir de casa y enfrentarse a cierta colosalidad y cierta expectativa resulta una solvente experiencia. Notar que la ópera se daba a las siete de la tarde en la sala más grande del complejo, y que la sala estaba llena. Es más fácil que llenes un evento convocando a la afición de la ciudad que llenes con una película que pasan más cines. Es buen negocio para los cines. 64 países están pasando éste y en Francia por ejemplo lo retransmiten ciento y pico salas.



La ópera: "Eurgene Onegin" es una obra en tres actos con música de Piotr Ilich Chaikovski sobre la novela de Alexander Pushkin. El músico consideró adecuado estrenarla en el conservatorio de Moscú el 29 de marzo de 1879, y sólo el 23 de enero de 1881 accedió al Bolshoi.



El montaje neoyorkino es ciertamente impresionante dentro de su conseguida calidez e intimidad. La verdad es que la ópera es una vieja afición que había ido perdiendo como algunas otras desde la eclosión de internet (llevo como una década y media muy centrado en el cine y estoy ahora recuperando a lo grande las viejas pasiones). No sé si he perdido perspectiva pero realmente la puesta en escena me ha dejado boquiabierto.

Además es una ópera que pasa en un suspiro, con una música preciosísima y una narración imparable y subyugante. Un relato romántico tremendo con una descarnada lucidez. Rara vez en el cine 150 minutos te pasan tan en un suspiro y más aún dándote un paseo en los descansos.



El programa televisivo: La retransmisión del Metropolitan, presentado por la soprano Deborah Voigt  me ha parecido un espléndido programa televisivo. Es decir, quizás hubiese preferido no ver levantarse a alguien al que acaban de disparar contando sus impresiones al micrófono de la presentadora en el entreacto o ver a alguien explicar por qué le ha roto el corazón a la protagonista en el entreacto, esas cosas te sacan a patadas de la narración, pero también revelan una animosa voluntad por convertir el monumental trabajo operístico en algo vivo, en un show, en algo susceptible de entretenimiento. No me gusta, pero me gusta que esa frivolidad se aplique a algo que merece la pena, será porque mi país tiene una televisión muy deprimente y muy aburrida. Además la realización te da parte de lo que las dos dimensiones te quitan, qué bien se ve el decorado, qué bien se ve a la encantadora y magnífica Anna Netrebko. Ni pagando 200 dólares.





En marzo vuelvo, será con el "Werther" de Jules Massenet, con Elina Garanca, eso de elegir las óperas teniendo en cuanta el charme de sus protagonistas es una buena manera de ampliar repertorio, salir de Verdi y Puccini y seguir profundizando en tan folletinesca y apasionante arte, convertida injustamente como tantas otras en pasto de intelectualidad y alta cultura, cuando proporciona tanta diversión y tanta emoción total y absolutamente epidérmica.

8 comentarios:

  1. Soberbio coment, Sergio.

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  2. Bueno, parece que desde hace un tiempo vemos como algunas salas de cine se utilizan para otras cosas, algo que me parece estupendo.
    A pesar de la insistencia de algún amigo no he ido a ver ninguna ópera al cine. Las óperas me gusta disfrutarlas en el teatro, en televisión no me gustan, pero no he probado todavía en la sala de cine.
    En unos días volveré a disfrutar en el teatro de La traviata.
    Saludos.

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  3. Desde luego, el lugar natural de una ópera siempre será el teatro, simplemente hablamos de un sustitutivo, más barato y con ciertas prestaciones.

    Saludos

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  4. Por acá también se ven en cine, en uno en especial de una cadena llamada UVK, óperas. No es algo que todavía haya experimentado (ni una real, ¡vaya incultura! pero bueno en algún momento será), salvo por televisión algunas veces, el canal estatal de aquí pasaba algunas además, pero se oye bien. Me gusta mucho el teatro, aunque escojo las puestas que hay mucha paja entre el grano, pero como dices, creo que también puede ser interesante ver la ópera tipo cine. Ambas formas suenan bien, no le quitará nada a lo original, por algo lo es, sino incrementará el gusto, la oportunidad. Y como dices, lo intelectual es estúpido cuando se regodea en valga la paradoja en una superficialidad, en atribuirlo a una élite, a un exceso de seriedad o a unos iluminados cerebros, creo como dices, que arte serio y trascendental es también emotivo, sensorial, entretenido. Y uno debe de tener muchas pasiones, solo una no es suficiente. Un abrazo.

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  5. De hecho, en lo que al Metropolitan se refiere (porque hay temporadas de otros teatros), allí te linkean a una radio llamada Filarmonía y no al cine que las pasa. Me entreteuve un rato mirando dónde la transmitían en cada lugar del mundo y encontré cosas muy curiosas como las que comentaba en la entrada, muchísimas salas en Francia (oh, Francia, ese paraiso cultural envidiado y soñado por los europeos de tercera como nosotros). Cosas de la globalización estábamos viendo la misma ópera los 64 paises al mismo tiempo, hombre, hay gente que detesta eso, qué quieren que les diga, a mi me hace una cierta gracia.

    Un abrazo

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  6. Bueno, bueno, pues sí que hay vida más allá de Howard Hawks.

    Compruebo, Sergio, muy complacido, que a nuestra vieja pasión por el cine sumamos también, ahora, la ópera.

    Yo estoy suscrito a la página web del MET (también del Scala y otros foros) y recibo puntualmente las novedades de estrenos en DVD y retransmisiones en internet. Y Youtube siempre ayuda. Sobre todo, hoy que ya no queda mucha prima donna que escuchar en directo.

    Salucines

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  7. ¿Hay retransmisiones por internet?, muy interesante. Hombre, a mí que soy frívolo, algo adolescente y hereje las actuales prima donna me gustan. De ahí que cuando me las presentaron otros herejes se produjo mi reenganche a esta vieja pasión.

    Saludos y gracias

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