sábado, 16 de agosto de 2014

CORAZONES DEL MUNDO

Hace algunos meses este texto de uno de los blogs amigos de la casa me hizo recordar la existencia de uno de los títulos menos reseñados de Griffith.

Hacer películas sobre el aquí y el ahora tiene enormes ventajas. no sólo por la enorme potencia e interés dramático que ofrecen en su momento, sino porque conservan la fuerza cuando te interesas cien años después por ese momento. No hablo de que el documento te permita conocer "la verdad", tratándose de esta película sería ridículo, pero una película sobre la I Guerra Mundial estrenada en 1918 tiene un plus de atractivo y de garra que ya no es el mismo si se rueda años después.

Sucedió lo mismo cuando Griffith rodó la Alemania de los años 20 en "Isn't it life wonderful", porque en ambas se refiere a detalles y a hechos concretos del momento, que ideologías, propagandismos y puntos de vista al margen tienen un interés documental de primera magnitud.

Dicen las crónicas que Griffith rueda "Hearts of the world" a instancias de los requerimientos del gobierno británico en el invierno de 1916 (alrededor de las premieres británicas de Intolerancia) para avivar la entrada de EEUU en la guerra, atraído por las posibilidades de rodar imágenes del frente. EEUU entraría en 1917 y la película se presentó en Los Ángeles en marzo de 1918, meses antes de la finalización del conflicto.

Como haría con "America", como ha hecho en un importante número de títulos, funde lo personal y lo colectivo de manera perfecta. Quizás por ser el primer gran cineasta épico sobre el que han bebido todos los demás. Mezcla la política (el gobierno inglés esperando la contestación del ultimátum a Alemania para que se retire de Bélgica entre otras escenas), con las escenas de guerra en la que se ven inmiscuidos los protagonistas, las escenas de paz, y momentos tan antológicos como el que muestra a Lillian Gish con su vestido de novia con la mirada perdida entre la destrucción.

Cuenta Lillian Gish que Griffith lamentaría en parte esa mirada tan grotesca sobre los alemanes (la guerra es el verdadero villano se repetiría), y quizás en parte por eso hiciese ese retrato de "Isn't it life wonderful", como dicen que hizo "Intolerancia" tras "El nacimiento de una nación". Una figura ambigua y compleja tan humanista como fruto-que no víctima- de sus circunstancias, sureño, hombre de la industria (y amigo de un poder político y económico que en un momento dado le dejó de lado), fustigó y coqueteó con los fascismos por igual (rechazó hacer el cine de Mussolini y anticipó el nazismo en su película alemana).

"Herats of the world" es una película a la vez vigorosa y auténtica y a la vez propagandística y de tebeo de guerra. Otra muestra de narración de acero y de semilla esparcida para las décadas venideras.







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