domingo, 17 de agosto de 2014

WORLD'S GREATEST DAD

En las redes sociales no pocos me apuntaron esta película como una de las grandes tapadas de la filmografía del recientemente fallecido Robin Williams.

Dos aspectos de interés encuentro en la peli.

Que está creada por el comediante Bobcat Goldthwait, actor, conocida voz de doblaje, escritor y labrador de una pequeña carrera como director de obras ni muy populares ni muy pretenciosas, la voz como director de Goldthwait en esta película es la de un Solondz obrero en voz baja de una risa congelada.

Goldthwait es, no el creador, pero sí el alma de "Infelices para siempre", una derivación de "Matrimonio con hijos" donde durante un centenar de episodios dio su voz al conejito de peluche lascivo Mr. Floppy, alter ego de un frustrado y esquizoide  padre de familia al que interpretaba Geoff Pierson, aquí secundario. Y a veces te parece oir la voz de Floppy en los incorrectos diálogos escritos para el personaje del hijo, como si también fuese la "otra" voz de los deseos del personaje del padre, aunque no es ese su tema ni mucho menos.

El otro aspecto de interés, en contra de lo que se pueda pensar, no es el tema del suicidio con el que se ha asociado por la luctuosa coincidencia. El gran tema de interés somos nosotros, nuestra volubilidad a veces obscena. A las pocas horas un cómico querido como Robin Williams pero a la vez ampliamente cuestionado cuando no denostado era subido a los altares y canonizado de una forma generalizada.

Algo muy parecido sucede en esta película, modesta pero muy incisiva. Un terrorífico selfie sobre nuestro morboso narcisismo, sobre nuestra frívola necrofilia. No es un suicidio lo que anticipa.










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