lunes, 21 de mayo de 2018

TAXI DRIVER

En 1976 Paul Schrader estrena dos guiones: para "Obsession" de De Palma y para "Taxi driver" de Scorsese. Si en la primera el referente es obvio es Vertigo en la segunda el rastro más evidente es el de Centauros del desierto, quizás las dos pelis más influyentes del cine americano de los últimos 70 años.

 La pista de centauros sirve no tanto para complacerse en posibles concomitancias con personajes o argumento sino para disfrutar la propuesta de Scorsese como la construcción de un espacio mítico propio en su Nueva York, como pudo serlo el espacio del Oeste. Más adelante ya indagaría de forma más explícita en el Este rodando "La edad de la inocencia" o "Gangs of New York". 

Ese Nueva York que parece tan real y tan onírico al mismo tiempo es el que convierte a la película en un título emblemático, anclándola en su tiempo y en ese espacio resulta absolutamente intemporal.



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