MIDSOMMAR

Mira que hace dos días no sabía lo que era el "folk horror" y le estoy cogiendo el gusto. He visto con el corazón en un puño y esa diversión en el cuerpo que tanto agradezco y en la que tanto insisto "Midsommar" (Ari Aster, 2019). La tenía aparcada porque no me gustó "Hereditary" pero alguna voz que tampoco era muy partidaria de la primera me la había recomendado, eso unido a entusiastas a los que siempre vale la pena hacer caso ha hecho que acabe cayendo. No se estará de acuerdo conmigo pero yo sí veo un viaje de la primera a la segunda película. Había allí un reguero de pistas e ideas brillantes que te hacían preguntarte a dónde te conduciría todo, me resultaba todo como demasiado regido por la estructura, por el engranaje, todo encaminado a un resultado final que ni si quiera finalmente me decía gran cosa. 

En "Midsommar" las cartas están sobre la mesa desde el minuto 1 y no hay dudas, se podría decir aquello tan manido de la meta es el camino y la película despega desde el principio de toda idea de engranaje o estructura para complacerse tomándose su tiempo (afortunadamente) en filmar todos los recovecos de un ambiente y unos personajes malsanos sobre los que jamás nos hacemos preguntas, la película se complace en jugar con las posibilidades y las sugerencias de una situación tan lograda donde ni si quiera son especialmente necesarios sustos o escenas cumbre para mantener en un suspense continuo. Sí que es verdad que desde la proclamación de la reina de mayo, a 20-25 minutos del final ya hay sensación de que se intenta cerrar aquello de alguna manera porque la película no puede durar 4 horas pero de haber más ideas yo me habría quedado a vivir. A ver quién es el guapo que pisa ahora la Suecia rural (aunque esté rodada en Hungría).