viernes, 16 de agosto de 2013

AMERICA

Carol Dempster tuvo la difícil e ingrata labor de sustituir a la sublime Lillian Gish en las películas de Griffith, Ya había trabajado con él como bailarina babilónica en "Intolerancia" y en pequeños papeles hasta llegar a "America", en la que parece ser que ya se había gastado una pasta como para encima pagar convenientemente el caché de la Gish.

"America" es el último épico de Griffith, una película muy cara, publicitada y apoyada en su momento por tratar el tema de la revolución americana. La idea surge de la Daughters of American Revolution, que involucran al tristemente famoso en el futuro Will Hays.

No tan rotunda como sus obras maestras, pero con el suficiente atractivo para provocar comodidad y verse con soltura, con ese gusto que se siente viendo siempre al primitivo por excelencia, primitivo no en el sentido de no desarrollada sino de esencialista.

Quizás se echó en falta que la historia personal no tuviese la misma fuerza que la historia colectiva, aunque a mi la presencia de Carol Dempster me parece sugestiva, no tanto como la de Lillian Gish, pero sustituirla en el imaginario del director efectivamente no era poca cosa y no fue muy desastroso para mí.

El mismo años hace "Isn't life wonderful", hoy en día más querida que "America", después de viajar a Italia y según Senses of Cinema plantearse trabajar para Mussolini. Ya la tengo medio localizada para la semana que viene, sin pagar los 75 dólares que piden por ella en amazon, único lugar en el que se encuentra a la venta al público. En unos días volvemos y seguimos con este mini-ciclo de silentes.





No hay comentarios:

Publicar un comentario