martes, 17 de mayo de 2016

SITGES 2009





Entrada 600

Terror  en el espacio-1 de octubre de 2009


Algo sobre Sitges.Sitges es un precioso lugar de playa, del cual vivo
por causas rocambolescas a cinco minutos de tren por segundo año
consecutivo. Tiene una gran tradición modernista, junto a Reus, una
magnífica ciudad en la que también he vivido, son muy significativas
al respecto en Catalunya.
Su fama la debe en parte al turismo homosexual y al festival de cine,
pero en Sitges  durante el año se pueden ver arreglos florales,
exhibiciones de coches antiguos, disfrutar de catas de vinos como la
que tuvimos hace dos semanas, y un sinfin de actividades culturales
variadas y dinámicas para lo que son las reducidas dimensiones del
lugar. Un lugar encantador, apto incluso para quienes sólo vibramos en
la metrópolis.
El festival. Adentrarse en el festival es adentrarse en unos dominios
con personalidad propia que no tiene ningún otro festival del mundo.
Sólo subir la cuesta del auditorio Melià ya oía a uno de los
parroquianos compartir con su novia irreproducibles divagaciones sobre
Pocoyo. No es que el frikismo alcance allí su plaza de San Pedro, es
que Sitges es el sueño de cualquier organización con ánimo de lucro,
unos clientes, fans en este caso, con un perfil definidísimo, lo que
dota de una estupenda vitalidad al certamen..
 En la cola diviso a Pumares compartir con otros acreditados risas y
gesticulaciones, y no puedo evitar preguntarme si me estoy asando de
calor y no entramos a la hora porque Sigourney se prepara y nos espera
por sorpresa en la sala.
Pero no, no es Sigourney, entre aplausos Walter Hill, que no sabía yo
que había producido la película que vamos a ver, presenta la sesión.
Es "Alien" de Ridley Scott, santo y seña de esta edición. Ha sido casi
como descubrirla porque sólo la había llegado a ver de preadolescente
y la tenía olvidada. Teniendo bastante reciente en salas su otro mito
"Blade Runner",que me gusta pero nunca me apasionó totalmente, "Alien"
sí ha resultado más ampliamente satisfactoria.(Bueno, lo de Blade
Runner no me lo tenga nadie en cuenta, probablemente vi en salas el
director's cut versión ni se sabe, o sea, el equivocado).
Los mecanismos de intriga de "Alien" son sencillos, hasta simples,
pero la tensión en la solitaria y fantasmal Nostromo está
conseguidísima y depara una placentera sesión  enganchado a la
pantalla grande del auditorio. No hay mucho más que divagar sobre
ella, en mi opinión, aunque sí muchas sensaciones de las que
congratularse.
Hill habló después con el público con la moderación de Antonio José
Navarro, fue muy breve y estuvo bien, que "Alien" está inspirada por
"El enigma de otro de mundo" de Hawks (curiosamente siempre se cita a
Conrad), que es una catedral más que la obra de un sólo autor, que aún
así le sigue pareciendo la mejor película de Ridley Scott aunque su
juicio sea subjetivo. Que sigue siendo una buena película aunque ahora
impresione menos por lo pionera que fue en su día en efectos
especiales y lo copiada que ha sido en 30 años. Y dice Hill también
que su propio corazón está en el cine de Sam Peckinpah, Robert Aldrich
y Don Siegel.Un tipo agradable.


Fantasmas de la nouvelle-3 de octubre de 2009
Cada vez me son menos simpáticas las películas "cinéfilas".Me lo paso
bien viendo "Woman on the beach" de Hong Sang-Soo, incluso me lo sigo
pasando bien con algo tan recóndito como "Nubes de verano", que
echaron hace poco por la tele y me sigue gustando como en su estreno.
Relecturas del cine ya hecho.
Pero las que buscan la sonrisita o el asentimiento  del cinéfilo me
empiezan a molestar. Cada vez recuerdo peor la de Bertolucci con Eva
Green, el pobre recuerdo que tengo de "Les cent et une nuits" de Agnès
Varda, por no hablar del consabido Garci o los rko 281 y todas las
reconstrucciones de momentos míticos de la historia del cine. Una
película abiertamente cinéfila que salva ese escollo de la complicidad
facilona son las estimulantísimas Histoires de Godard, y poquito más
me viene a la mente.
Tsai Ming Liang mete la pata en ese sentido con "Visage", su
contribución a una serie sobre el Louvre abierto a los cineastas.Tiene
grandes mimbres pero dos presencias que no se hacen nada simpáticas.
Si el homenaje a Truffaut era hacerle hacer el payaso de formas
inenarrables al peor Jean Pierre Leaud que recuerdo, o hacer deambular
a una momificada Fanny Ardant por escena, no sé yo si eso es celebrar
la nouvelle vague o firmar el acta de defunción de su historia. En
todo caso no me cabe duda que se pueden escribir grandes críticas-
justificaciones dados los aplausos (tímidos) que ha recibido en su
segunda sesión, tanto al salir el nombre de Tsai al principio como al
final.
Además salen Jeanne Moreau y Nathalie Baye, la Ardant lee un libro
acerca de Truffaut (momento que tiene más atractivo escrito que visto)
y se canta Le tourbillon de la película "Jules et Jim" (bah, yo
también la canto en la ducha y no gozo de la financiación que tienen
aquí ni nadie escribe que homenajeo a Truffaut).
La película funciona cuando esboza, muy en la línea formal del
director de tiempos muertos y espléndidos planos, una historia algo
obsesiva y enfermiza entre un director (el habitual Lee Kang Sheng) y
su musa (Laetitia Casta, uno de los grandes bellezones de la pasarela
y poco más, a juzgar por la pobreza a la que parece condenar un número
como "Es la historia de un amor"). Una historia obsesiva acerca del
rostro de ella, de como la maquillan, de como ella se esconde de su
propio reflejo, una historia sobre mirar y ser mirado, ahí hay una
señora película, pero la vendemos barata a cuenta de fetichismos
cinéfilos vacíos.
Los números son escasitos y pobres, incomparables a lo de la sandía, y
no hay excusa porque la peli son 2 horas y 20 interminables donde
cabría de todo si se seleccionara bien, 140 minutos en los que encima
el Louvre casi no se ve, no sé si esas largas escenas de alcantarilla
son también el Louvre, ¡pero menuda gracia!.
Que uno pasa de esos fetichismos y quiere rastrear a la nouvelle vague
de otras formas. Los seguidores de Tsai Ming Liang pueden encontrar
momentazos a su gusto, pero la cinefilia complaciente que recorre la
peli la lastra, lo del pajarillo gran director de cine, como ejemplo
sin ir más lejos, es simple y llanamente una estupidez.
Mañana más...

Larraz, Corman y Raya-4 de octubre de 2009

El nombre con el que me quedaría hoy es el de Jose Ramón Larraz. No
porque me haya entusiasmado "Las hijas de Drácula", que no lo ha
hecho, si no porque la breve presentación que ha hecho de su película
(que tiene ya 35 años) se ha quedado con todos nosotros.
La primera vez que oí de él fue en este foro, Santi comentó algo hace
dos meses.Larraz es un barcelonés que entre mucha caspa tuvo una etapa
británica de cierto renombre, en la que llegó a representar a los
ingleses en la sección oficial de Cannes. En la actualidad es un
venerable señor de 80 años que se ha presentado bien trajeado,
secundado por el omnipresente Antonio José Navarro, y salvando las
distancias sus palabras y su figura me han recordado a Stanley Donen
en el Oscar honorífico pero sin claqué, para que se hagan una idea.
Ha dicho que empezó como dibujante de cómics pero que la censura le
borraba continuamente las curvas femeninas. Que se fue a París y luego
a Inglaterra, que allí alguna figura de la crítica llegó a decir que
era mejor que Polanski, lo cual a él le parece una tontería (y yo
estoy con él). Que no cree que su película sea una obra maestra y que
no le molesta que no nos guste, que sólo espera que no nos echemos una
siesta, por nuestro bien. Que a él lo que le preocupa es no gustar
como persona, que le encanta la gente y tratar con la gente. Un señor
simpatiquísimo, educadísimo, ha sido una lástima que no se quedara
después a contestar comentarios del público.
"Las hijas de Drácula" para ser lo que es, está muy bien, un cóctel
con vampiras lesbianas (la peli empieza con las dos montándoselo
desnudas en la cama), sangre, anatomías generosas, polvos, sangre, más
anatomías generosas,...todo salpimentado con buen misterio, pizca de
humor, nada de sustos burdos y sí alguna sorpresa.
Por la mañana se presentaba "Celda 211", pero como es probable que no
muy tarde den bastante la lata con ella y con Luis Tosar, la elección
fue recuperar algo de la serie Corman- Poe. Pasaban "El péndulo de la
muerte". Hace tiempo que no veía nada de la serie y me ha decepcionado
un algo. Musiquita omnipresente de ascensor, trajecitos horrendos de
la inquisición, reparto algo penosillo como el sosainas del John Kerr
con poco té y aún menos simpátia-se salva el inmenso Vincent Price-
guión algo desmayado y el recuerdo de haberlas visto mejores, por
ejemplo "El cuervo". En Madrid proyectan durante octubre pelis de la
serie en la filmoteca, por si a alguien le pica el gusanillo de la
nostalgia:para los treintañeros catalanes Corman-Poe es el canal
autonómico en sus mejores épocas, todas las descubrimos habladas en
catalán.
A última hora un buen descubrimiento. "Independencia" de Raya Martin.
La nueva ola filipina en un muy buen exponente. Una historia en el
marco de 1898 en un fascinantísimo, original y teatral blanco y negro,
contada en dos segmentos, el segundo es de mayor intensidad que el
primero.Los crescendos en el cine siempre se agradecen. Tengo por casa
"Autohystoria", que tiene una pinta pavorosa de roscón de pan duro,
pero merecerá el esfuerzo, porque "Independencia" no es una obra
obtusa en absoluto, es realmente bella y mejora en el metraje y en el
recuerdo.

Compitiendo-5 de octubre de 2009

Después de tanta retrospectiva y sección paralela, un día de
competición.
"Ne te retourne pas" es una peli francesa de Marina de Van. La mujer
se ha presentado con un discurso escrito en castellano, un agradable y
educadísimo esfuerzo que ha recibido una increible bordería por parte
de la presentadora.
Pero bueno, volvamos al cine, "Ne te retourne pas" es la historia de
una escritora a la que interpreta Sophie Marceau que contempla atónita
como ella misma se va convirtiendo en Monica Bellucci, a la vez que
cambia su casa, su marido, sus hijos y su madre.
La primera parte de la película está muy bien, muy inquietante. Con un
uso muy creativo del ordenador, ya que en un determinado segmento la
protagonista es medio Marceau, medio Bellucci.
El problema es que, cuando la prota ya es Bellucci, en el segundo
segmento se lanza la peli a la búsqueda de una explicación de lo
sucedido y el espectador de brazos cruzados esperando la explicación.
Finalmente te la dan y vaaaaaaaaleeeeeee, pero los guionistas parecen
encontrarla a medida que escriben porque todo es demasiado confuso y
hay detalles de la primera parte que se desaprovechan y otros que se
olvidan.
Podría parecer que convertirse en la Bellucci es el sueño de cualquier
señora, pero cabe decir que Sophie Marceau luce mucho más hermosa.
Todo tenía que acabarse aquí, pero con gusanillo de un poco más de
festival llegó un segundo plato. "La huérfana", producción Warner por
todo lo alto, Joel Silver mediante, dirigida por el catalán Jaume
Collet-Serra.
La película es tipiquísima, ferozmente previsible, carente de toda
originalidad. La enésima muestra de la familia americana amenazada por
demonios exteriores. Está por encima de la media porque también hay
demonios interiores y eso en terror siempre funciona muy bien.
La película no resiste, por todo lo que he dicho, ningún análisis
"cinéfilo" riguroso, pero sería una mentira snob muy patética si no
dijera la verdad, que la he visto clavadísimo en la butaca sin
pestañear. Un espectáculo soberbio. Contradicciones del cine, que ahí
también está su grandeza. En un par de semanas se estrena.

Caramelitos y tragos de whisky-8 de octubre de 2009
Estoy sobreviviendo a las sesiones nocturnas del festival entre
semana, sin dormirme, aunque no quiere decir que batiendo demasiadas
palmas.
Es tentador empezar comentando la próxima película simpática o
sorpresa de la temporada. Una obra que ya está arrancando todos los
aplausos más calurosos y emocionando al personal.Va a pegar fuerte
cuando se estrene. Boyero y Oti la pusieron como la salvación de
Venecia, y yo, que los entiendo, aunque no comparta sus presupuestos,
yo, que no soy un crítico de corazón duro y también me gusta que a
veces el cine me lo ponga fácil, no podía anticipar que la película
fuera semejante globito pinchable, semejante pompita de jabón
insustancial.
La superstición del pichón
"Mr. Nobody" de Jaco Van Dormael empieza bien, va de destinos
alternativos según alijas un camino u otro. Un derroche audiovisual a
lo Amelie, recurrente referencia junto a Benjamin Button de lo que es
este Nobody. Un montaje brillante y embelesador. Empieza como un
caramelito de estos que tienen chicle en su interior. Con una
explosión de sabor encantadora. ¿Qué pasa?, que no tardamos demasiado
en llegar al chicle y en la última hora hay unas ganas de escupir
aquello a la papelera que no veas. Empiezas sonriendo y acabas
pidiendo la hora, ¡no se acaba nunca!.
"Mr Nobody" dura 136 minutos y una vez más padece la trágica ausencia
de un amigo del director que le diga las verdades. El hilo conductor,
el ancianito es prescindible, la narración de su vida no tiene ningún
tipo de coherencia argumental considerable. La verborrea a cuenta de
la física cuántica es verborrea, una pesadez, relleno. El montaje está
punteado por un sinfin de escenas e imágenes reiterativas que no
aportan nada.
Y lo más trágico de la película es que no cuenta nada sobre la vida o
el amor que a estas alturas del arte y del cine merezca ser contado.
Por eso no emociona porque no cuenta nada que remueva verdaderamente
por dentro, que afecte, sólo un puñado de historietas adolescentes. Y
para más inri, como en el último corto de Pixar, se redunda en la idea
de que si el ser querido te hunde por puritito capricho no hay nada
mejor que aprender a nadar.¡Anda con la tendencia!.El chaval se
arrejunta con una desequilibrada y la mala resulta ser la madre, la
que no ama eterna e incondicionalmente.
Es mil veces más entretenida y potable "El efecto mariposa" (2004)
sobre el mismo tema de los destinos alternativos.
Apocalipsis en Pamplona
El lunes por la noche me mantuve en el cine mucho más tarde de lo
recomendable por culpa de los hermanos Larrieu, que vinieron a
presentar la película "Les derniers jours du monde". Debo admitir que
me sentí muy defraudado. La publicidad apuntaba a otra peli en la
línea de su anterior obra, la muy estimable "Pintar o hacer el amor".
El mundo se acaba y ante la inminencia de la muerte desaparecen las
reglas morales entorno a la fidelidad.
Pero no, me quedé con un palmo de narices viendo un film apocalíptico
puro y duro, así, como suena. Los hermanos la venden como un film
realista sobre el fin del mundo. Y francamente lo único que me parece
realista es lo reconocible de los escenarios. Se ven verdaderos
horrores en lugares como París, los sanfermines de Pamplona (que ya
han entrado en la mitología del cine fantástico con esta peli), y
¡¡¡en la catedral de Tarragona!!!, lugar tremendamente familiar para
quien escribe.
Pero eso no es realismo, al espectador de la ciudad de Philadelphia
también le parecerá que Shyamalan hace cine realista sobre el fin del
mundo. Eso es empatía geográfica, el realismo es otra cosa, o imagino
que será otra cosa, además ¿como juzgar cuanto de realista hay en un
retrato del fin del mundo?.
Se supone que es un film defendible por su romanticismo, donde sólo
hay una repentina obsesión (en registro vulgar "encoñamiento") del
personaje de Amalric por una mujer (alarmante y extremadamente
delgada). Y se supone que la liberación sexual de los personajes es
otro de los puntales del film, pero no hacen casi nada que no hicieran
ya antes del apocalipsis. Salvo un ligero apunte incestuoso si del
personaje de Sergi Lopez hablamos.
En su haber tiene una progresión dramática correcta que la hace
soportable y hasta ligeramente atractiva, pero me parece indigna de la
muestra del trabajo que conocía de los hermanos Larrieu. No es desde
luego "El tiempo del lobo", ni "El incidente" y tampoco entiendo por
qué se meten en este tipo de cine.
Seven chances es una curiosa sección de Sitges donde un crítico
presenta una película poco vista. Yo debo ser el único carca al que le
parece muy raro que el crítico no se presente. Allí he visto dos
películas.
El autor que no quería hacer terror
"Nucingen haus" es una película de Raoul Ruiz basada en un cuento de
Balzac. Es una película con un aire muy obvio a Henry James. Para mi
está lastrada por dos factores, que en el fondo sólo son uno.
La filmación en video. Siempre decepciona un algo, porque es como si
ese material te pudieses quedar en casa viéndolo sin terner que pagar
una entrada, si bien puede dar obras maestras sin paliativos como "En
presencia de un clown". En este caso le hace perder sugerencia e
intensidad a algunas escenas de horror que vistas en celuloide de toda
la vida podrían funcionar muy bien.
Otro factor es la insistencia de Ruiz en demostrar que es un autor al
que las reglas del terror se la traen al pairo, como decía con
admiración el crítico que la presentaba. Un sentido del humor poco
afortunado y diálogos absurdos, muchos minutos de la basura, hacen
demasiado cuesta arriba una película que esconde con vergüenza
estúpida una gran película de terror que late en su interior. Jean-
Marc Barr, eso sí, me gusta como protagonista.
El leñador y su hermana
"Un lac" de Philippe Grandrieux es, al contrario que "Mr. Nobody", un
largo e intenso tragazo de whisky que sacude el estómago, pero
recuperados del mal viaje nos deja nuestros ojitos como nuevos, que es
algo que tras 11 películas variopintísimas se agradece.
Cuenta la historia de un joven leñador epiléptico profundamente unido
a su hermana y como afrontan la llegada de un desconocido.
Grandrieux regala algunos de los planos más colosalmente intensos de
la década. Filma a los protagonistas de cerca en un medio muy físico y
muy fantasmal, un bosque nevado que se erige como gran protagonista.
No me convencen los temblequeos de la cámara, ni los desenfoques, ni
planos demasiado oscuros. Creo que no es ahí donde la película se
agiganta. Hay miles de justificaciones pero un sólo problema. No me
gusta lo que no acierto a ver bien.
Como mucho esos rasgos de estilo los tolero como engarces en la
narración, la narración de un nimio hilo argumental y a la vez
potentísima y delicada historia. Probablemente sería difícil construir
toda la película con esos primerísimos planos tan impresionantes, pero
no es el desenfoque o el temblequeo una opción que a mi me parezca
estimulante.
Aún así aplaudo esta película, una propuesta radical y muy sace, que
digo sin rodeos que me parece magnífica y no es lo radical y seca lo
que la hace magnífica, a un paso de la obra maestra, sin duda uno de
los trabajos más sólidos que he visto en Sitges, una película que sabe
a lo que juega, que sabe muy bien a donde se dirigie y que consigue
todas y cada una de las cosas que se había propuesto, por mucho que
puedan cuestionarse sus estrafalrios medios.
Mañana dos de la cosecha de Cannes...

Una tarde en Asia-9 de octubre de 2009
Hoy he pasado de la curiosidad malsana que tengo por "Youth without
youth", que no renuncio a saciar a pesar de "Tetro", y la he cambiado
por dos productos asiáticos que estuvieron en Cannes.
"Kinatay" ganó el premio al mejor director para Brillante Mendoza. Yo,
que me pierdo en cualquier trama de Agatha Christie, no la veo tan
confusa como se ha escrito en la prensa nacional.
La trama luce clarísima: un aspirante a policía que hace trabajillos
de baja estofa para salir adelante económicamente, entre corruptos y
mafiosos, se ve involucrado en el secuestro de una prostituta.
La película empieza a plena luz del día retratando la vida cotidiana a
la que se enfrenta el protagonista, y de rebote los condicionamientos
que explicarán su comportamiento ante todo lo que ve.
Cambia radicalmente cuando llega la noche y se cierra la puerta de una
furgoneta, comenzando unas horas de pesadilla que sólo terminarán con
la llegada del nuevo día, ¿hasta cúando nuevamente?.
Si bien el desarrollo de la pesadilla es algo lento, y también gracias
a ello de una angustia muy pertinente, es una peli que cuenta la
imposibilidad de un heroismo, de manera certera y lograda. Sabemos que
el prota no va a salvar a la chica, tenemos la seguridad absoluta de
que no puede hacerlo, que ni se lo plantea, aunque se sienta
intimidado por unos horrores en los que quizás no tarde tiempo en
participar.
La película está en ese sentido muy bien planteada, merece por lo
menos un visionado, aunque quizás le falten riquezas artísticas que la
lleven más allá del usar y tirar. Veríamos como aguanta una segunda
vez.
"Vengeance" es todo un espectáculo en cine. Los fans de Johnnie To
aplauden y ríen con más mesura y sensatez que los de Tarantino. Y eso
contagia buen rollo para enfrentarse a la peli.
El guión es bien poquita cosa, la historia un tanto alargada de una
venganza con gotas de humor que no están mal.El personaje de Johnny
Hallyday es una referencia muy directa a Melville, aunque a mí el tono
de la peli, con las notas de la banda sonora y el rostro raído del
protagonista me hacen pensar un poquito en Eastwood.
Tiene un puntito más seco y contenido que quizás le faltara a "Gran
Torino", que desbarra hacia el producto familiar, y de estrenarse
"Vengeance" creo que el público se lo pasaría igual de bien con las
dos, porque To ha hecho una obra de evasión francamente entretenida.
Mañana descanso, aunque se proyecten películas como la de Luc Moullet
y el "9" con producción de Tim Burton. El sábado vuelta al ataque para
descubrir un clásico llamado "Los ojos sin rostro".


Sigourney principio y fin-13 de octubre de 2009

Acabado Sitges, arrasado “Moon”, quedan dos títulos retrospectivos en
el recuerdo del final.
Antes de acometer con ellos, nulo ojo mío para el palmarés, que de
“Moon” no me di ni cuenta de su existencia. Extraño premio para
Brillante Mendoza, no inmerecido pero un poco tras la rueda de su
galardón en Cannes, que es el que se va recordar.“Kinatay” es una
película extraña donde el tormento interior de su personaje sólo se
lee y se comprende gracias a las imágenes, supongo que tiene que haber
todo un director detrás de eso. Y un poco molesto el premio de la
crítica para los Larrieu, a veces parece que premien mirando el
nombre, yo creo que “Les derniers jours du monde” es indigna de lo que
había visto de ellos.
No había visto nunca “Los ojos sin rostro” de George Franju, que tiene
guión de los famosos Boileau-Narcejac (autores de Las diabólicas y
Vertigo), aunque en este caso basándose en una novela ajena.
La sala estaba llena, y el disfrute fue pleno porque se trata de una
magnífica película. Mucho se puede hablar de la celeridad de su trama
policial, de lo repentino de su desenlace, pero sus encantos están en
la poesía del horror. En ese cirujano que despelleja jovencitas para
reestablecer la belleza de su hija. Inolvidable el plano final.
A la mañana siguiente, la tarea de recordar que todo el mundo tiene
una infancia. Los “Ghostbusters” de Ivan Reitman. Una guión de Harold
Ramis y Dan Akroyd muy dominado por el gag (se nota que esta gente se
dedicaba a la televisión de humor), aunque los gags están vertebrados
correctamente por una trama que forma ya parte de la cultura popular
ochentera. La revisitación depara un buen rato.
Algo molesto. Uno entiende que en un festival se aplaude más que en
una sala comercial, un actor querido que aperece en créditos o en
escena, una frase muy graciosa, una victoria sobre el malvado... Pero
el público de Sitges, por norma, lo aplaude todo, parecen fans de
Tarantino,  no hay criterio y justamente eso hace los aplausos
merecidos menos meritorios. Y eso hace las proyecciones algo
agotadoras.
Al salir de Ghostbusters. cáscaras de mandarina en el suelo (la gente
llega a ser verdaderamente porcina), un auditorio en estado
lamentable, con pinta de multisala cutre de provincia.
Un festival con creciente afluencia de público y películas donde
elegir dentro y fuera de su tradición fantástica.
Lo empezamos con Sigourney Weaver y con Sigourney Weaver lo acabamos.
Esa  imponente presencia del cine americano hoy tristemente
arrinconada.
Y esto fue todo por lo que a Sitges se refiere. Provisionalmente aquí
acaba para mí el cine y mis chácharas .Este mismo jueves me caso en
Madrid (original forma de acabar unas crónicas festivaleras, ¿eh?), y
no volveré por estos lares interneteros hasta el inicio de noviembre.
Espero haber suscitado interés por algún título, aunque sea por
puritita discrepancia con los argumentos. ¡Buenas películas y hasta
muy pronto!

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