Es costoso esbozar en unas pocas líneas las impresiones causadas por este clásico del cine tan abandonado, silenciado y sospecho que tan vilipendiado por motivos extracinematográficos de forma tan legítima como poco clara. Yo no me acordaba de nada, aunque claro, lo vi en uno de esos vhs descoloridos con el formato destrozado sin casi saber nada de Israel o Palestina. Aquí uno se familiariza con términos como Haganah, Irgun o se escalofría con una soberbia y terrorífica secuencia sobre Auschwitz y los Sonderkommandos.
"Exodus" (Otto Preminger, 1960) sorprende por su potentísima y firme narrativa desarrollada a lo largo de tres horas y media que no se hacen nada pesadas. Desconozco la novela de Leon Uris pero el guion de Dalton Trumbo no solo es un punto de referencia en el fin de la caza de brujas (Preminger lo animó a filmar con su nombre y ese mismo año Kirk Douglas se añadió a la fiesta), es un guion con varias lineas narrativas imbricadas con un virtuosismo adelantado a su tiempo y un sentar cátedra en el cine de ficción política que llega hasta nuestros días, "Munich" no solo por tema imagino que tiene una deuda enorme con el tratamiento de Preminger.
Evidentemente es un film contado desde el punto de vista del sionismo de 1948, sus traumas y sus aspiraciones, sus contradicciones y sus enfrentamientos internos, y ahí cada espectador trazará su propio choque con lo que sabemos del sionismo del año 2020. Hay una frases tremendas sobre la esperanza de que la ONU arregle la situación y que el conflicto no dure demasiado, que en fin...Lo que es evidente es que el film puede irritar o resultar ingenuo según lo que se opine pero no defiende salvajadas ni cae en ningún tipo de triunfalismo épico sobre la creación de un Estado herido de muerte desde el primer minuto. El final es desesperanzador y como siempre ha sucedido los maníacos de ambas partes abortaran cualquier tipo de idealismo, en eso estamos de acuerdo. Tampoco andan desatinados quienes me apuntan que el final carga más las tintas en los desmanes de los árabes, pero si acaso solo acentúa mi incomodidad y me choque y enfrentamiento con la película, más provechoso que el ruin y estéril acuerdo
En tiempos de cine teledirigido, de obras que no dejan lugar a dudas sobre qué se ha de pensar, incluso o sobre todo porque antes ya se pensaba así, yo sigo invitando y defendiendo películas a mi juicio tan mayúsculas como ésta. Y mayúsculas porque seguramente a mucha gente no se lo parezca.
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