Hace unos meses le leía a Philippe Meirieu, con la necesaria sorna que requiere, que los métodos de Jean Itard no eran tan humanistas como los había descrito Truffaut. Como no hay que dejar que la realidad estropee una buena película, y como no hay que dejar de admirar el discurso humanista y racionalista de la obra maestra deTruffaut, me alegra muchísimo que esa línea siguiera dando frutos en las obras de Herzog y David Lynch, continuadoras (más que herederas) de lo comenzado por el francés.
Otro día nos detenemos en Lynch, pero ahora vamos a Herzog. "El enigma de Gaspar Hauser" es una hermosa, salvaje y muy intuitiva película sobre la educabilidad del ser humano y sobre su socialización en una sociedad que puede resultar descorazonadora y desalentadora, que debería disuadirnos a veces por su ignorancia, bestialidad y prepotencia a la hora de ejercer cualquier empresa educativa o socializadora, ¿socializarnos con depende de qué semejantes?, ¡ay!, tan necesario como indeseable. Los fanatismos religiosos, etnocéntricos, filosóficos o biologistas no salen bien parados en la obra de Herzog, especialmente en esa coda final acerca del cerebro de Hauser.
Pero el admirable discurso de Herzog no está enmarcado en una obra de tesis. El primitivismo y la fuerza de las imágenes son los elementos conductores de ese humanismo algo pesimista. Son las imágenes las que afortunadamente nos hacen sentir cómodos en el discurso, unas imágenes, que quizás, contradictoriamente, uno no las imagina nacidas de una educación o una formación, sino de un talento visual absolutamente innato. Pero eso será porque nuestro inconsciente colectivo sigue lleno de supersticiones sobre lo innato y lo adquirido, y sobre la claridad con la que pueden distinguirse.
Hace unos meses le leía a Philippe Meirieu, con la necesaria sorna que requiere, que los métodos de Jean Itard no eran tan humanistas como los había descrito Truffaut. Como no hay que dejar que la realidad estropee una buena película, y como no hay que dejar de admirar el discurso humanista y racionalista de la obra maestra deTruffaut, me alegra muchísimo que esa línea siguiera dando frutos en las obras de Herzog y David Lynch, continuadoras (más que herederas) de lo comenzado por el francés.
Otro día nos detenemos en Lynch, pero ahora vamos a Herzog. "El enigma de Gaspar Hauser" es una hermosa, salvaje y muy intuitiva película sobre la educabilidad del ser humano y sobre su socialización en una sociedad que puede resultar descorazonadora y desalentadora, que debería disuadirnos a veces por su ignorancia, bestialidad y prepotencia a la hora de ejercer cualquier empresa educativa o socializadora, ¿socializarnos con depende de qué semejantes?, ¡ay!, tan necesario como indeseable. Los fanatismos religiosos, etnocéntricos, filosóficos o biologistas no salen bien parados en la obra de Herzog, especialmente en esa coda final acerca del cerebro de Hauser.
Pero el admirable discurso de Herzog no está enmarcado en una obra de tesis. El primitivismo y la fuerza de las imágenes son los elementos conductores de ese humanismo algo pesimista. Son las imágenes las que afortunadamente nos hacen sentir cómodos en el discurso, unas imágenes, que quizás, contradictoriamente, uno no las imagina nacidas de una educación o una formación, sino de un talento visual absolutamente innato. Pero eso será porque nuestro inconsciente colectivo sigue lleno de supersticiones sobre lo innato y lo adquirido, y sobre la claridad con la que pueden distinguirse.
Preciosa reflexión sobre la película que prácticamente comparto, compañero :-) y que está a la altura de la misma. Gracias por este texto.
ResponderEliminarAbrazos,
Rafa.
La siguiente entrega del ciclo será "Stroszek", Rafa, animado por tu blog :-), que por cierto, debo decir que gracias al link que tienes puesto allí llegan aquí muchas visitas ;-). En homenaje a parcelasdecine otra de las entregas que aparecerán por aquí próximamente será "Susana" :-)))
ResponderEliminarAbrazos
Sergio
Otro fan de Caspar Hauser y de los "pensamientos" de Sergio
ResponderEliminar"Stroszek" es mi favorita de Herzog, Sergio :-) aunque como el alemán me gusta tanto ya me estoy arrepintiendo de mi afirmación (que no reconsidero, pese a todo :-) ). Espero tus impresiones.
ResponderEliminar:-OOOO No sabía que te llegaran tantas visitas desde mi blogroll: me alegro mucho por ti pero también por mí, jajaja. En honor a la verdad, también llegan muchas desde tu sitio: en el histórico de las estadísticas, "El amor después de mediodía" ocupa el cuarto puesto en las URL de referencia :-) Es un honor, querido amigo y compañero.
Un fuerte abrazo,
Rafa.