lunes, 12 de marzo de 2012

A PROPÓSITO DE ELLY

A medida que voy conociendo los detalles de las relaciones de Asghar Farhadi y la censura de Irán, se me antojan aún más apetitosas, complejas y generosas las dos excelsas películas que he visto de las cinco que componen su filmografía.

En otoño de 2010 tiene que detener dos semanas el rodaje de "Nader y simin, una separación" por su apoyo a su encarcelado colega Jafar Panahi y sólo puedo reemprenderlo tras pedir disculpas oficiales al régimen, acto regido supongo que por ese humano y comprensible miedo que rige a veces a las personas, aunque cabe reconocer que son las valientes las que cambian las sociedades.

Ignoro qué tipo de relación o autojustificación tiene Farhadi respecto a sus disculpas, tampoco es cuestión ahora de coronarlo como el Elia Kazan iraní, aunque la justificación es uno de los temas capitales de su cine, más bien podría asemejarse a un Berlanga, capaz de radiografiar implacablemente la sociedad de un régimen sin citarlo nunca y sorteando hábilmente a la censura.

En la tensa, formidable y absolutamente magistral "A propósito de Elly", Farhadi ya exponía con dureza las pequeñas mezquindades de una sociedad. Un grupo de burgueses se culpan mútuamente de un hecho banal del que nadie tiene la culpa, se justifican, y acaban entrando en una vorágine dialéctica en la que acaban crucificando a la única víctima de una evidente tragedia, a cuyo imposible deselance feliz se han agarrado para poder minarse mútuamente.

Entre el absurdo de Buñuel y el fantasmal y glorioso Antonioni de "La aventura", Farhadi encuentro el tempo exacto, de encuadres perfectos, consiguiendo una playa tétrica y una tensión en aumento hasta un final terrorífico. Sobrecogedora y excelsa película, quizás muy similar en sus mecanismos a su posterior y oscarizada obra, corre el riesgo de repetirse y de convertirse en formulario, pero a mí sólo me cabe celebrar esta insólita dupla del cine iraní más reciente (brillante en su recreación de la vida cotidiana y de cómo pequeños hechos significan un cruel punto de ruptura irreparable).







6 comentarios:

  1. La voy a ver sin falta, Nader y Simin a separation me pareció una obra maestra, la que mencionas ya me la habían recomendado y agrego tu escrito y tu apoyo a la cinta anterior para apurar su visionado. Sobre el miedo, es natural, no es cosa fácil enfrentarse a una dictadura teocrática y con una sociedad en parte anacrónica, creo que ser heroico en esas situación es casi suicida, sin ápice a éxito. Un abrazo.

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  2. Sí, desde luego no sería yo el que plantara cara a una teocracia por lo cual no le reprocho nada a Farhadi. Pero bueno, finalmente la situación es muy cruel, los que se disculpan, aunque sea para sobrevivir, saborean el éxito en Hollywood, y los que protestan acaban en la cárcel como Panahi y otros colegas.

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  3. Con que sea de buena la mitad que la otra vamos bien.

    Saludos
    Roy

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  4. Otra película para tomar nota. Este director si que ha llamado la atención por su cine tan realista e intenso.

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  5. No conocía tantos datos biográficos del director, pero siendo así tiene mucho más mérito esta estupenda película. A mi me gustó más que la oscarizada Nader y Simin, quizá porque la vi sin ideas preconcebidas. Muy buena entrada Sergio, cuando yo hablé de ella en Pelicuario me quedé corta.
    Un abrazo.

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  6. Tienen grandes y muy curiosos parecidos las dos películas.

    Un abrazo

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