NADER Y SIMIN, UNA SEPARACIÓN

La paciencia tiene su gozosa recompensa. He visto en V.O a 600 km de mi casa una película que tuve en cartel doblada bajando al portal, muy cerca de donde tiro la basura y que entonces no quise ver. Imagino que la película de Asghar Farhadi ya está saliendo de cartel casi tres meses después, si es que no era hoy su último día, pero sus dobleces y su absorbente y sabrosa intriga lucían como nuevas.

Se me llamará rebuscado, pero si le tengo que buscar algún parecido con las películas más recientes, "Nader..." me recuerda un poco a "Mystic river", por cómo expone al inicio y por cómo a partir de un hecho que rompe unas aguas ya revueltas, las dudas, las mentiras y las ambigüedades van atrapando vertiginosamente al espectador.

Aquí el hecho fundamental no es un asesinato, es un empujoncito en off cuyas consecuencias desconocemos y siempre desconoceremos, una pequeña violencia como si estuviéramos en "Código desconocido" de Haneke, como pequeñas son en principio las incomunicaciones, las desidias, las negligencias, las falsedades y las insolidaridades, aunque sean finalmente grandes las consecuencias que provocan.

Más que la cambiante empatía con los personajes, lo más impresionante es que la tragedia aceche y sólo le baste ramalazos de mezquindad que tienen las personas más aparentemente equilibradas y con mayor número de razones. Todo el mundo tiene sus razones, incluso en ese desolador plano final en el que Nader y Simin han sido finalmente presas de su debilidad y con ellos el estupor de su víctima emocionalmente hecha pedazos.