viernes, 30 de agosto de 2013

MARNIE

Entrada 300. Cuando Scottie y Madeleine pasean por los espejos del callejón del Gato vemos reflejada "Marnie". O como dicen aquí Brian De Palma nace con "Marnie" y casi hace su mejor película si nos ponemos surrealistas.

"Marnie" es una mirada socarrona, descreída y profundamente sexual hacia el amor sublime de "Vertigo" (lo que no quita para que me siga pareciendo aquella la gran masterpiece de Hitchcock). Hitchcock ya no tiene reparos en filmar y decir abiertamente que Scottie es un pirado que prefiere perder la cabeza por un fantasma que se le escurre al que nunca podrá entregarse y que nunca se le entregará realmente (ese final con una Marnie aterrorizada ante la idea de ir a la cárcel...), en lugar de entregarse a su cuñada morenaza bajita y fogosa. Exaltación y burla de la neurosis.

Hitchcock tampoco tiene reparos en filmar en pleno 1964 una película que es a la vez vieja, con un gusto clásico en la música, en el vestuario y en las formas propias de los años 40 y a la vez adelantada a su tiempo, con una deriva del relato hiperbólica y grandilocuente que anticipa ciertamente a un De Palma y a todos los distorsionadores formalistas de la narración de alta o baja estofa  (ese glorioso psicoanálisis express).

"Marnie" es una de sus obras maestras máximas, dolorosa y dolorida, lúcida y elegante, divertidísima,  delirante, derrape romántico senil y sabio, fogonazo maestro e incombustible.









2 comentarios:

  1. Y, además de todo lo que afirmas, un poderoso melodrama: todo un ejemplo de que el gran parte del cine de Hitch es eso, precisamente, melodrama puro y duro, con sus dosis de sorna y humor negro, pero melodrama al fin y al cabo.

    Abrazos.

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  2. Totalmente, pero en este visionado la vertiente De Palma que apuntabas cada vez me desborda más y más, sobre todo en el tramo final. Qué maravilloso anticipo.

    Abrazos

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