martes, 1 de marzo de 2016

NOVELAS FEBRERO 2016





DOKTOR FAUSTUS: Hay que constatar cómo las nuevas tecnologías pueden aportar un matiz inusitado a una lectura como ésta. Qué fácil es ahora cotejar con youtube las numerosísimas referencias musicales de esta obra de Thomas Mann, saber o escuchar con precisión de qué te está hablando. Un placer de dioses.

La obra literaria en si misma es enorme, melómana y homófila de forma apasionada y furibunda, sin sutilezas, prácticamente no tiene narración o la tiene en forma de vueltas del tambor de la lavadora sobre si misma para culminar en el último cuarto con un fastuoso centrifugado que personalmente me recuerda mucho a la estructura de "Demonios" de Dostoievski.

Hay que armarse de cierta paciencia para innumerables divagaciones sobre música, religión, arte, sociopolítica que pueden asfixiar el sentimiento de historia pero es imposible dejar de leer y, como en las grandes ocasiones, aún con sus numerosas partes ingratas, degustar este imponente fresco sobre el fracaso y la esperanza del pueblo alemán durante la primera mitad del siglo XX, sin pretensiones de sociología barata o concluyente. Sin llegar para mí al emotivo estrato de "La montaña mágica", que quizás hiciera lo propio con la primera década del siglo, una obra mayor de la literatura.



LA DAMA DE BLANCO: Las primeras cien páginas de esta obra me producen pavor, la idea de continuar setecientas  de la mano de este profesor de dibujo Walter Hartright me aterra. Por suerte se produce un inesperado (avisan, pero se te olvida)  inesperado cambio del punto de vista y con él otros cambios de punto de vista a lo largo de todo su segundo tercio que aportan dimensión y textura fantasmal al relato. Ese segundo tercio me parece excelente, incluso la figura del ausente Hartright adquiere otra significación. Desgraciadamente Hartright vuelve y la sosería vuelve a apoderarse de la novela, y eso que los hechos que narra no son especialmente aburridos, pero este tipo es lo que se conocería en catalán como "peix bullit". Incluso el pequeño paréntesis de Fosco en el último tramo la hace remontar el vuelo. Es muy significativo que su amor, Laura, soso él sosa ella, no participe en esta narración a varias voces, suponiendo Collins con acierto que no tiene nada interesante que contar, y que el mejor personaje femenino, la estupenda Marian Halcombe, tenga las mejores páginas de la novela ante sus ojos y mediante su voz narrativa pero no el enamoramiento enloquecido de su inane protagonista desde el principio, su fidelidad matrimonial, su sacrificio y sus hijos. Alcanzadas finalmente las setecientas páginas siente uno cierto cariño por el relato, aunque cabe cuestionarse si no es el cariño que se siente por (casi) cualquier cosa que dure setecientas páginas.



HADJI MURAT: El último trabajo de Tolstoi hizo plena justicia a su talento, como si fuera su particular "Siete mujeres". Un condensado de 150 páginas con un sinfín de recursos narrativos y una prosa ágil por donde desfilan numerosos personajes y situaciones entorno a la tragedia de Hadji Murat (contemplado de forma exótica, como un Tamerlan). Si bien no alcanza la impresionante dimensión mítica de sus dos obras magnas, sí que demuestra qué tipo de narrador de la división de honor era el ruso, algo que para mí no siempre resplandece en el resto de su producción.



DESESPERACIÓN: Una radiante demostración de que si a lo que cuentas le añades estilo, originalidad y un juego chispeante con tu relación con el manuscrito y con el lector, lo que cuentas pasa a ser tan relativamente irrelevante que se demuestra dónde está el inconmensurable narrador y dónde no. "Desesperación" es magnífica y Nabokov, como ya me demostró en "Lolita", que me parece mejor que cualquiera de sus películas precisamente por lo que describo, es un coloso de las letras que habrá que descubrir novela por novela.




ALGO SUPUESTAMENTE DIVERTIDO QUE NUNCA VOLVERÉ A HACER: Antes de que un día aparezca por aquí "La broma infinita" me pareció buena idea catar la figura literaria de Foster Wallace y empezar con esta colección de artículos y ensayos. Revelan sin duda una imponente figura literaria, aunque es inevitable que el interés oscile un tanto dependiendo de la temática del artículo, incluso dentro del mismo tema es mucho más atractivo leer sobre los efectos del viento en el tenis que sobre el ránking de la ATP, me parece mucho mejor el episodio del crucero que el de la feria agrícola (aunque ambos compartan esa divertida vocación antropológica de un tiempo, un país), me interesa lo de la televisión e inevitablemente me arrebata y me roba completamente el corazón lo de Lynch y "Carretera perdida", que me parece uno de los más grandes y emotivos textos sobre cine, que aúna crítica e insólita vivencia, uno de los más grandes textos sobre cine que haya leído jamás. (No leer la edición Debolsillo, que sólo incluye el texto del crucero, la de Mondadori)





JAMES Y EL MELOCOTÓN GIGANTE: Comencé a leer esta novela el 30 de diciembre a mi hijo antes de dormir a capítulo por noche y no la pongo aquí como nota cursi o como extravagancia. Obviando que Roald Dahl ya ha salido además en este blog, estamos ante una novela de primera magnitud sin paliativos. Una narración imaginativa, bien medida, contada con un tempo excelente que parece efectivamente escrita para ser leída en voz alta. Qué deliciosa sensación deja su lectura y qué orfandad deja su final. Y qué milagro que uno quisiera seguir viajando en un melocotón lleno de bichos por tierra, mar y aire. Quién, fuera de la literatura, querría algo así.

2 comentarios:

  1. Me apunto el Dahl para mi progenie, que estoy ya un poco harto del niño mago de todos conocido. Aunque no sé si a unos chavales de 10 y 8 que ya andan con el gran error de "eso es para niños" les parecerá bien, o me pedirán que siga con el tema Voldemort.

    ResponderEliminar
  2. En la edición indica a partir de 12 años, que a mí me parece excesivo. Quizás se refiere a la lectura y no a la historia, pero ni así... Yo hablo de 4 años y de un niño que no lee, claro, 10 y 8 es toda una incógnita, la novela tiene de todo...

    ResponderEliminar