Y claro, si de ópera se trata, que no compuso demasiadas, he tenido acceso a "Les troyennes" en un montaje de mi querido Royal Opera House del año 2012.
Como el "Don Carlos" de Verdi que ya abordamos anteriormente, la longitud de "Les troyennes" impidió que se pudiese representar completa de una tacada hasta una velada en Covent Garden en 1957. Escrita entre 1856 y 1858 se estrena en 1863 sin sus dos primeros actos, que no fueron representados hasta 1879 en forma de concierto (fallecido ya Berlioz).
Hay que contar que la obra dura unas cuatro horas y cuarto dividida en cinco actos. Los dos primeros componen la primera parte llamada "La toma de Troya" y el rol femenino principal es el de Cassandra. Ha tenido la ópera fama de desigual y esta parte ha tenido peor prensa pero a mí me ha parecido poderosa, de una gran fuerza, en parte gracias a la excelencia dramática en este montaje de la soprano Anna Caterina Antonacci.
La segunda parte "Los troyanos en Cartago" está protagonizada por Dido (y a veces es la misma soprano la que encarna en un mismo montaje a Cassandra y a Dido) y constituye la parte central de la ópera. Aquí es Eva Maria Westbroek, conocida en este blog en lides wagnerianas, la que encarna el papel que este mismo verano hemos visto hacer a Maria Ewing en la ópera de Purcell.
Un grandísimo, fastuoso y monumental empeño de aquello que se llamó en el siglo XIX "grand opera" en Francia, siempre con ballets de por medio, que no decepcionará en absoluto a los amantes del género lírico en su versión más desmelenada, desbordada y si se quiere descontrolada.
A partir de septiembre vuelve la ópera, como en la pasada temporada, el día 15 de cada mes.
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