viernes, 20 de marzo de 2020

DE MAYERLING A SARAJEVO

Por muy románticos que se pongan el archiduque Francisco Fernando y Sofía de Hohenberg, es imposible que la cosa acabe bien si la película se llama nada más y nada menos que "De Mayerling a Sarajevo" (Max Ophuls, 1940). Es verdad que de todos los Ophuls vistos, unos trece, es el que menos me ha asombrado con diferencia en lo que respecta a sus soluciones formales pero a cambio empieza diciendo que, sin ambiciones de rigor histórico, le parece interesante el personaje y su historia, que cree que está vigente en esos compases iniciales de la II Guerra Mundial, y te acaba contagiando la curiosidad, desde esa perspectiva, como digo, tan infrecuente, en la que el romance entre el príncipe y la condesa Sofia Chotek acabará a tiros. Y en parte eso es lo que esperas con más intriga que morbo, cómo representará el famoso atentado, que es algo que uno no ha visto prácticamente en cine, hasta que llegas a la escena cumbre en la que adviertes significativas diferencias respecto a ese dibujo (o dibujos) que has visto tantas veces procedentes de la prensa de la época. Acaba la película y más que ir a leer qué opina Rosenbaum de ella, es un decir en sentido totalmente figurado, se queda uno leyendo sobre el personaje histórico y el suceso. A mi ese gusanillo también me gusta que me lo despierte un poco el cine.


No hay comentarios:

Publicar un comentario