miércoles, 11 de noviembre de 2020

LINCOLN

 

Algunas notas a vuelapluma sobre "Lincoln" (Steven Spielberg, 2012), que cosas de la vida, habituales en mi, he visto en dos tacadas, lo que me ha ayudado para pensarla desde varias aristas.
No me gusta ni me emociona demasiado que por un lado es un poco biopic de monigote o el arte del disfraz. Sí, claro, Daniel Day-Lewis está muy bien y todos los adjetivos que se quieran poner pero eso ya aburre algo, por eso decía en su día que me alegraba tanto que "Buñuel en el laberinto de las tortugas" fuese de animación. Spielberg ha afinado más en el retrato de un Oskar Schindler por ejemplo (donde no me gustan otras cosas pero ahí hay un perfil más interesante). Le sucede también que se echa un poco de menos la mirada incisiva de un Griffith, evidentemente no se trata de cargarse todo el cine USA liberal y humanista en honor a Griffith y a figuras de un corte sociocultural en las antípodas de Spielberg (y mías, y mías, en las antípodas mías) pero yo qué sé, es un retrato en el fondo bastante blanco con muy pocos grises, no ya políticos, personales, que en el fondo se enfocan como un "ay, qué traviesillo era el santo con sus pequeñas corruptelas y torpezas". Una hagiografía en toda regla. tan legítima y la mar de razonable como hagiografía como un tanto soporífera. Todo lleva a la abolición de la esclavitud, qué vas a pensar.
Sin embargo pienso también en la segunda tacada que hay que tener valor para ser Spielberg y hacer un cine, ahora, como éste, donde el fin de la esclavitud no se libra en la Guerra, visualizada en una secuencia inicial para mantenerse el resto de la película casi en off, sino en un dialogadísimo, moralmente complejo y contemplativo tablero de ajedrez político, a veces más propio del cine histórico de un Rohmer o un Oliveira, que del supuesto brío para las plateas de un Spielberg. Brillante la presencia de Tommy Lee Jones y un guion pausado del dramaturgo Tony Kushner (autor Angels in America-quizás una de las obras del teatro USA más importantes de las últimas décadas- y del guion del próximo West side story), Un cine más cercano a la mirada de un Eastwood, con vocación de referirse al presente haciendo uso del cine para fijar y dar esplendor a los referentes morales de un país y una cultura. Spielberg imprime la leyenda. No es tampoco escaso saldo.
Creo que todo lo escrito aquí es un tanto contradictorio pero la película deja un poco la pelota en el tejado y eso está bien.



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