"El día que él llega" o el día en que este garito vuelve por otro tiempo más con mayor o asfixiante regularidad. Menudo invierno voy a dar en el Hemisferio Sur y menuda canícula por estas críticas y depresivas latitudes.
Había que volver con este Hong Sang Soo. Creo que ya lo he dicho todo sobre él. Alguien o algunos escribieron que era el mejor director en activo. No lo comparto pero no me voy a poner en contra, en absoluto, me alegro que haya quien llegue a pensar eso. Alguna vez dije que era un Ozu del siglo XXI (sin parecerse a Ozu), sólo porque sus películas son casi indistinguibles en el recuerdo. Pero Hong innova y amplifica el concepto de repetición hasta donde ni si quiera Ozu había llegado. No sólo es irrelevante discernir sobre si se repite o no se repite, sino que carecería del más mínimo sentido que este director no se repitiera. Cómo imaginarlo encarando un drama sobre un hombre mentalmente maduro, que no se dedique a la dirección de cine, abstemio o que haya decidido hacer dieta y comer ensaladas.
La obra de Hong se edifica sobre la repetición, lo que no debería desactivar una posible visión crítica de sus películas (no todas gustarán igual), pero sí que uno de sus valores es la familiaridad. Es inevitable que uno ya contemple estas obras como extensiones de su propia vida, que crea reconocer los lugares y que prácticamente se imagine en estos restaurantes y de lleno en estas disyuntivas inmaduras y sentimentales.
Pero si no había que desactivarse ante la película en sí, parapetada tras la excusa de la repetición y la exigencia de experimentar previamente familiaridad, tras esa sincera premisa de no perdonarle nada, ya se puede decir clara y abiertamente, "The day he arrives" es espléndida, una pieza interpretada o ejecutada por Hong y su orquesta, con una limpieza, ausencia de temblor del pulso y belleza a raudales. El blanco y negro no es una elección, es una obligación, porque esa nieve y ese frío no se entenderían ni darían el mismo relieve a sus personaje en color.
Prometo repetirme una y otra vez más en los próximos tiempos. De momento doy voz a críticas que contemplan a Hong con una lucidez y a veces sentido del humor admirable. Este director requiere su propia y extensa bibliografía. Quizás no sobreviva al caprichoso e imprevisible paso militar de la historia. Quizás quede como la extravagancia de la cinefilia de principios de siglo, pero el goce contundente con el que unos cuantos contemplamos (contemplábamos) sus películas, no habrá historiografía que lo pueda cuestionar.
Tengo el filme esperando, me propuse ver filmes de los 22 candidatos de la palma de oro en el último Cannes y justo conseguí éste filme (me faltan ver unos 4 directores), espero disfrutarlo, me alienta que pasó además por el Bafici, está bien considerado, siempre provoca ver alguna novedad aunque como dices se repita e igual dices que vale la pena. Un abrazo.
ResponderEliminarÉsta además es muy adecuada porque es cortita, mejor para descubrirlo que cuando se va a París y hace una de dos horas y media genial pero más irregular. Y porque de verdad creo que es de las mejores que he visto, bueno, casi siempre lo pienso al acabar de ver una suya. De todas manera sigo pensando que lo mejor que ha rodado son los diez minutos finales de "Oki's movie". No las he visto todas, pero casi, casi...Un abrazo.
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