jueves, 5 de noviembre de 2015

BARBARROJA

3 de enero de 2002

Cine Club Tourneur

Después de un policiaco tan moderno y espléndido del año 1963 como es "El infierno del odio", (¿cuánto le debe a Kurosawa el llamado cine de acción?), dirigió el ilustre nipón una de esas películas en las que una vez encontrado el momento, la predisposición y el asiento, casi todo es disfrute sin pestañear casi nada.
"Barbarroja" son 185 minutos de gran cine, no faltos de algunas pegas, pero muy gratos y una estupenda manera de abrir el año "cinéfilo". Trata la historia de un joven médico egocéntrico y desgradable, obsesionado por el prestigio y la riqueza, al que destinan a un hospital que trata a gente pobre, y donde el veterano director del hospital (mítico, soberbio Toshiro Mifune) le enseñará el camino de la humildad, el humanismo y la dedicación a los demás. La transformación del médico es sonrojantemente previsible como para ser relatada, pero como en los más grandes, no es el qué lo que importa, sino el cómo.
Lo mejor y lo peor de la película es que en 185 minutos cabe todo, y Kurosawa con una mezcla de ingenuidad juvenil y ambición lo mete todo, como quien intenta cargar una maleta de viaje hasta los topes cuando ésta casi no se cierra. No todos los minutos ni todas las historias interesan de la misma manera, pero se encuentran momentos excelentes de tensión extrema (la peligrosa primera paciente), ceremonial pausado (momentos tópicos de lo que se supone popularmente a una película japonesa), poesía (la esposa que renuncia a su feliz destino) y emoción (el pasado del joven médico que va haciendo su dosificada aparición a lo largo de la película).
Quizás no sea de sus mejores películas (pensando en Rashomon, en Los siete samurais...póngase el título antológico que se prefiera),  es simplemente una obra sencilla, bonita, muy entretenida y recomendable. Yo la grabé de Canal 33, pero creo que Filmax también la ha lanzado al mercado en su interesantísima colección. 


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