lunes, 6 de julio de 2020

A HIDDEN LIFE

A Franz le recriminan en varios momentos de "A hidden life" (Terrence Malick, 2019) que su sacrificio es inútil y no va a poder cambiar el curso de los acontecimientos. Pero claro, ¿qué hacer?, ¿esperar a que más personas decidan hacer lo mismo?, ¿actuar en contra de las propias convicciones?, ¿pueden medirse las convicciones en términos de utilidad o inutilidad?, ¿cómo es posible que en las guerras no existan más objetores de conciencia como Franz, dispuestas a morir ellos antes que matar a otro ser humano?, ¿por miedo?, ¿por alienación?. Pero es que además el sacrificio de Franz, un adecuadísimo August Diehl, va más allá del simple horror a matar, le ofrecen un puesto en un hospital y lo rechaza porque ha de jurar fidelidad a Hitler.

Malick construye una película, casi una obra epistolar, con debilidades evidentes, con un uso abusivo y a veces grotesco de la cámara en mano y un montaje menos inspirado que en sus obras magnas donde en algunos segmentos queda demasiado al descubierto la fina línea que separa al cine poético filmado con planos-verso, del trailer alargado a las tres horas.

No me parece una de sus mejores películas pero le cuento dos cosas a su favor que me gustan mucho que vienen a ser en el fondo la misma. Que manteniendo sus modismos consiga rehuir la parodia de si mismo, algo que francamente me estaba preocupando, y que se tome en serio lo que cuenta y que me convenza y emocione a través de ello, muy bien dirigida en ese sentido la actriz Valeria Pachner en el papel de Fani, esposa de Franz, y muy bien utilizada la música, como viene siendo habitual.

Una cosa es que el cine no tenga que ser contenido, que estoy convencido de ello, y otra cosa es que las propuestas se construyan forzosamente sobre el vacío.

Que hablen en inglés, una lengua ajena al contexto, es una convención que tienen millones de películas, lo que no entiendo es que se escuche en segundo plano tantísimo alemán. Ese choque es bastante más inusual y extraño en la Historia del Cine.

Recomendable o no según el momento en que se encuentre la "relación" de cada aficionado con el director. Yo no la destacaría en su obra pero quizás en un año tan raro y que promete alegrías limitadas un top 2020 mío sí podría ser.

2 comentarios:

  1. No deja de parecerme admirable esa fidelidad a sí mismo de Malick, con la cantidad de palos que lleva ya acumulados (unos con razón por ese estilo tan marcado que amenaza con la autoparodia, como dices; otros, simplemente, porque se le ha imitado hasta la saciedad... sin lograr conseguir su poder lírico). Coincido en que esa característica steady-cam la pone a rodar hasta un poco a lo bruto, en comparación con lo que suele hacer, pero esa manera de filmar lo sobrenatural de la naturaleza (valga la paradoja) y el amor (por la vida, por el otro) me sigue impactando como pocos logran. Yo 'Vida oculta' la disfruté, aunque bastante más la primera mitad que la segunda. Hay una especie de vuelta de tuerca a la objeción de conciencia que ya practicaba el soldado Witt de 'La delgada línea roja' pero que sigue siendo oportuno ante esa política tan agresiva y maximalista que arrecia ahora. En su formato de ordalía hasta me recordaba a los cuáqueros de 'La gran prueba'.

    ResponderEliminar
  2. Sí, de algún modo es un tanto coyuntural que me haya gustado más o menos.Por fiel a si mismo y porque el tema perdura e impresiona.

    ResponderEliminar