domingo, 19 de enero de 2014

EL LOBO DE WALL STREET

Leo con relativa sorpresa que algunas cadenas de cine en España no han comprado "El lobo de Wall Street" por parecerles inasumibles las condiciones económicas de Universal. Salvo que se me escape algo, sospecho que esas cadenas tienen un cierto target familiar que hace que no sientan que la pérdida sea tan irreparable, pues me extraña que cadenas dedicadas a la versión original y al cine off-Hollywood sí que puedan asumir esas condiciones económicas.

En el fondo el asunto tiene mucha relación con lo que comentaba Leonardo Di Caprio, las dificultades para levantar un proyecto de este tipo en el Hollywood actual, infantilizado a marchas forzadas desde los tiempos de "La puerta del cielo" y el fin del quizás mitifcado pero entrañable cine pensado para adultos de la década de los 70.

Estamos hablando de un metraje de tres horas, de personajes límite, de drogas (no como gran tema del que hablar sin saber sino como algo vivido, pues no olvidemos que la historia de Scorsese es la historia de un consumado ex-drogadicto), hablamos de corrupción no redimida, de sexo explícito y no romanticalizado, hablamos de ausencia de juicios morales tranquilizadores. De toda una manera entregada de afrontar una película de gran aparato de producción como ya cada vez quedan menos, por no decir ninguna.

"El lobo de Wall street" se ve con tanto placer como cierta fatiga a medida que avanza su metraje por formas visuales tan apabullantes como poderosas, ya me pasaba un poco también con las extraordinarias "Uno de los nuestros" y "Casino", de las que es sin duda su tercera y quizás última parte.

Y ésa es su gran virtud y quizás su relativo defecto, que suena un poco (o mucho) a ya vista y oída, por mucho que se introduzcan elementos de comedia grotesca y más hiperbolizada que nunca. Por mucho que todas las críticas insistan, con acierto, en que se sustituye a mafiosos por brokers, que ahora hemos descubierto al parecer que son exactamente lo mismo. No deja de ser una de las últimas veces que nuestro grupo favorito sale al escenario y vuelve a tocar una de sus grandes canciones. Scorsese nos ha hecho un último regalo a los que crecimos con su cine de gángsters, uno no estaba a punto cuando salió en pantalla grande "Uno de los nuestros" pero sí que vi "Casino" en los cines.

Y viendo "El lobo de Wall street" sí que valoro algo que me ha costado muchos años valorar, que mis directores favoritos hayan ido cambiando, aunque sea a peor, que se hayan metido en proyectos diferentes, obligados o no por las circunstancias, a veces equivocados, en otras maneras entender y de experimentar el cine, aunque me hayan decepcionado. El camino que ha recorrido Scorsese desde "Casino" a "El lobo de Wall Street" es discutible, pero ha sido un camino, el suyo propio. Todos hemos hecho lo mismo,  aunque ahora estemos más viejos, más gordos, más cansados y tengamos más miedo, se trata de decidir no tener 18 siempre, los que tenía cuando asistí al desmoronamiento del mundo de Sam "Ace" Rothstein.

"El lobo de Wall Street" es la gozosa celebración de un sabor cinematográfico que está a punto de acabarse para siempre, y eso está muy bien, pero mi confianza está en que en el cine USA James Gray, Jeff Nichols o los que salgan, que tienen que salir, creen otros sabores que marquen épocas. Es difícil y los estudios lo ponen difícil. Pero eso es lo que mantendrá el cine de allí vivo.





5 comentarios:

  1. Como a todos me gusta Scorsese, que es de los grandes, Taxi Driver es una de mis películas favoritas, una obra de arte. Y aunque la invención de Hugo Cabret me pareció infantil y no me caló con todo y homenaje al cine, esperaba que Scorsese volviera a lo suyo si bien ya esta en agotamiento. Sin embargo creo que aun falta cine por darnos, no soy de lo apocalíptico, yo disfruto del cine y espero siempre más, soy optimista, la verdad. Pronto la veré con todas las nominadas al Oscar. Un abrazo.

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  2. Ha dicho que le quedan un par de películas, que por un lado podría dar pena pero por otro saber jubilarse y decir "hasta aquí" no deja de parecerme una virtud. Ojalá que lo cumpla o en todo caso que no alargue su carrera artificialmente y a toda costa como parece que sí va a hacer Woody Allen, a veces para bien y a veces para peor. Un abrazo

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  3. A mí la película no me ha hecho demasiada gracia. Es cierto, este Jordan Belfort es hermano gemelo del Henry Hill de 'Uno de los nuestros' y, al fin y al cabo, comparte con el cine de gángsters de toda la vida su condición de apropiación indebida del sueño americano. No obstante, la mirada de Scorsese no es que deje el juicio en manos de los espectadores, es que parece sentir fascinación y aparentar que todo ha sido una parranda salida de madre. Y una cosa es sentir fascinación por el estereotipo del gángster -que es igual que cuando se juega a indios y vaqueros- y otra cosa es sentir fascinación por esta panda de (...), sobre todo viendo la situación en la que estamos.

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  4. Interesante lo que comentas sobre la infantilización del cine americano desde hace treinta y pico años. Lo he vuelto a comprobar hace poco, aunque parezca mentira, con "Lincoln", película que por un lado es muy hablada y seria y densa (ahí parece poco infantil) pero que, por otro lado, utiliza un montón de estrategias spielbergianas de realce dramático, apuntes pedagógicos y subrayados didácticos. Algo bastante molesto.
    Saludos:
    Luis S.
    (soy el de www.elcineenquevivimos.es, pululo a veces por el blog de J. Cortés)

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  5. Te conozco, Luis, alguna vez he intentado añadir tu página, pero blogger me da algunos problemas. Gracias por tu comentario. Me da un poco de pereza ver "Lincoln" aunque lo acabaré haciendo, no es por nostalgia pero el de Griffith me pareció excelso.

    Criticoabulico, no tengo nada claro que Scorsese esté fascinado, creo que su punto de vista es muy carnal, muy nervioso, más allá de los conceptos de fascinación y repulsa, que no está interesado en los juicios, quizás porque esté demasiado poseído por las imágenes. Otra cosa es si la película resulta expresivamente pobre o repetitiva, o resulta vacía y superficial. Ahí unos cuántos colegas (no de profesión, colegas de "colegueo" facebukero ejem) se han pronunciado en contra.

    Un saludo a los dos

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