martes, 16 de junio de 2015

BLOOMSDAY


Hoy, que tengo también por delante un extraño día que también rompe el devenir del relato clásico, corresponde escribir un texto sobre emociones primerizas y no postreras.

Dentro de unas ocho horas, al filo de las 7:45 de la mañana, después de mi café y mi bocadillo, un ratito antes de que Mulligan, Haines y Dedalus desayunasen en la ficción, un jueves (no un martes como hoy) 111 años antes, abriré una nueva página de "Ulises".

No coincidiré exactamente con ese desayuno, sino con otro, a la misma hora, sólo algunas, no muchas páginas adelante, justo con la primera aparición de Leopold Bloom.

Algunos motivos y/o consejos para leer esta obra.

1-El supuesto snobismo que conlleva su lectura no existe o es irrelevante en la gran mayoría de ámbitos sociales. Nadie le va a admirar a usted en pleno 2015 por leer la obra y no pocas personas van a desconocer total y absolutamente qué demonios está usted leyendo. Además si se le ocurriera preciarse de estar haciendo semejante cosa, los que la desconocen lo tacharían de pretencioso imbécil y una parte de los que la conocen lo tacharían de ignorante. Por no hablar de quienes muy legítimamente abominan de la obra. Debería usted decir sobre el "Ulises" algo increíblemente sagaz, preciso y documentado para despertar los vítores de los especialistas, algo en mi caso improbable, por lo que es imposible que nadie se ponga a leer buscando ningún tipo de reconocimiento.

2-Lea en los momentos de mayor frescura del día. No se lee igual a las 7:45 que a las 19:45. Lo cual, claro que no significa que se deba dejar de leer a las 19:45, pero sí deben reservarse para las 7:45 los textos que requieren mayor u otro tipo de atención (no quiero decir complejos). Además esa dosificación será un inmejorable excitante del deseo para el siguiente despertador, el siguiente desayuno...

3-Use esquemas y guías de lectura tanto como quiera y de la manera que quiera. Usted no nació sabiendo y un pequeño esfuerzo suplementario puede aumentar geométricamente el placer.

4- No llegue a cero con James Joyce, "Dublineses" y "Retrato del artista adolescente" son una puerta de entrada magnífica a este mundo de paseos, comidas, bebidas y "epifanías"...que va a tener su correspondiente engarce y continuidad con esta obra.

5- Ame el misterio, si pretende que un libro empiece con frases como "me enamoré de la madre de mi mejor amigo" y estar ya situado en menos de diez segundos éste no es su relato. Parte de su atractivo es la sensación de que la comprensión nunca es ni va a ser plena, que siempre queda una zona oscura, incompleta, reciclable en el futuro.

6- Alargue tantas semanas como sea necesario. Pero no para vencer un reto, sino porque la obra ya te dice desde el principio que es una larga y enriquecedora aventura, llena de altibajos, euforias y pesares. Un potente flash, una inyección poderosa, droga, poesía, pura música en palabras. Ésa es una intuición que no creo que vaya a fallarme.

7-Ame la ruptura. Proust antes y Faulkner, Dos Passos (que ahora mismo recuerde haber leído en esa clave caleidoscópica de ruptura) o quien se quiera citar después. Como ya dijimos, Tolstoi y Dickens son Dios (también se puede aprender de ellos la grandeza de no ir la grano), pero el caso es que Tolstoi y Dickens toda la vida son un peñazo (entiéndase el ejemplo de estos dos como pura metonimia de una manera de contar). Joyce distorsiona, dilata, hechiza el espacio y el tiempo que narra.

8- Lea en papel y a ser posible en una lengua que no sea la materna. Eso mantendrá el cerebro más activo, en mi caso porque leo en digital la mayor parte de las ocasiones y porque he optado ahora por el catalán, porque así es como, por ejemplo, Proust me mantuvo por y desde el camino de Swann con los ojos bien abiertos.

9- Coma salchichas, pudding y beba cerveza cada 16 de junio como hacen los irlandeses desde 1954...y celebre las ganas de explorar los límites de un lenguaje, de la narración, del arte, de la vida. La ambición y el no conformarse. El crear otros mundos. Ojalá, exponiéndose a las lapidaciones, alguien acabe traduciendo el "Finnegans wake".

10- Viaje a Dublin. Yo iba a hacerlo a principios de septiembre, pero finalmente como no va a poder ser porque por esas fechas también volverá a romperse el relato clásico en mi vida, lo cambiaré por algún visionado de la más que presumiblemente anatemizada y seguramente interesante película de Joseph Strick, que también dirigió el "Retrato del artista adolescente".

Siga estas diez recomendaciones, cinco o ninguna...recuerde u olvide a su gusto estas palabras...

No daré cuenta del fin de este viaje recién emprendido porque sé muy bien que acabará bien y porque cualquier reseña de una obra así sería ridícula. Demasiado pronto, pensarán los lúcidos y los cautos, pero hoy era el día en que había que hablar de esto sin dilación y sin ninguna duda y va a ser el día en que se hablará. El blog piensa celebrar a partir de este mismo momento el 16 de junio cada año, el día durante el cual transcurre "Ulises" de James Joyce.. Como ven, el post no mejorará mi ya de por si maltrecha reputación intelectual, ni mañana me saludarán en la cafetería de mi desayuno. No he aportado ni puedo aportar nada significativo sobre Joyce y su novela, para eso ya hay mucha, buenísima, excelente literatura. Pero les aseguro que pocas veces he escrito con esta emoción. Cada vez más necesaria la vía de celebrar la belleza, lo único, lo especial, lo que no se parece a nada, lo asombroso...



7 comentarios:

  1. La número 5 es genial, y me gustaría que tomara forma física para darle en la cabeza a cientos de lectores con los que no puedo hablar de libros. ¿te la puedo copiar?

    ResponderEliminar
  2. jajaja, sí, claro, pero me temo que la ansiedad por entenderlo todo y entenderlo ya es incurable.

    ResponderEliminar
  3. Buena, excelente guía Sergio.

    ResponderEliminar
  4. Alcanzado un centenar de páginas, los que señalo son los aspectos fundamentales. Dosificadas para excitar el deseo y con un sorbito previo de Proust, de otros Joyce, con una cierta noción (casi bachiller) de lo que fueron las vanguardias y las rupturas, es una lectura la mar de disfrutable. Llegarán sus altibajos pero es que también llegaron con Proust, que no es igual de sublime sin interrupción página a página. Abajo la noción del "Ulises" ilegible (todos mis respetos a la noción del Ulises que no me gusta o no me interesa).

    ResponderEliminar
  5. Me suena que hay alguna traducción del Finnegans al español

    ResponderEliminar
  6. Le acabo de preguntar a la persona adecuada y en cuanto tenga respuesta os la doy.

    ResponderEliminar
  7. Me cuenta el amigo Daniel García Arana de Leániz, estudioso de la materia y hawksiano de pro para más fiabilidad, que existe una traducción incompleta o traducción-versión editada por Lumen en 1993.

    ResponderEliminar