viernes, 15 de enero de 2016

GIANNI SCHICCHI de Giacomo Puccini

La tentación de encontrar rasgos autorales en los directores escénicos puede llevar a decir cosas como aquella que soltó una redactora del telediario en la que apreciaba una tremenda coincidencia en el "Cosí fan tutte" de Michael Haneke y su película "Amour":ambas tratan del amor.

Viendo este montaje con dirección de Woody Allen uno está por caer en la tentación ya que casi parece una película del maestro. Los familiares de un finado recurren a los servicios de una especie de gángster (por la vestimenta elegida por el montaje) para que les ayude a cobrar una herencia.

El montaje se ve con agrado, tiene un ritmo encantador y es divertido, aunque muchas de sus virtudes están en su raíz. Una hora de ópera que pasa veloz y agraciada. Y un buen ejercicio de práctica de la comedia para Allen, a veces tan ensimismado consigo mismo y sus explicaciones existenciales.


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