EL ABRAZO DE LA MUERTE

26 de agosto de 2002

Se llamó en España "El abrazo de la muerte", la
dirigió Robert Siodmak, uno de los sensacionales
directores que salieron por patas de la Alemania de
los 30, tipejos que aplicaron en Hollywood el talento
que se traían. La protagonizan Burt Lancaster, Yvonne
De Carlo y Dan Duryea, y aunque ya no lo recordaba es
una de las cumbres más impresionantes de ese género
fascinador donde los haya:el negro.

Se quedará el espectador absolutamente enganchado ya a
los cinco minutos, con un sensacional in media res en
que nos va a ser contada la película. Cinco primeros
minutos ya impregnados de un turbio romanticismo, de
un fatalismo brutal.

A partir de ahí una trama de amor
recuperado,autodestructivo, traiciones, riesgos
terminales, maravillosamente contada a piñón fijo,m
sin descanso. Burt Lancaster aporta la fragilidad
necesaria para su personaje, la De Carlo es una
sublime femme fatale (además guapa a más no poder), y
el tercero en discordia es el malo maloso que traía el
certificado de autenticidad de un par de genialidades
de Fritz Lang en el mismo género, otro alemán sublime
exportador de talento.

Robert Siodmak se mueve como nadie enntre las luces y
sobras, en esa bar opresivo sólo iluminado por un
exterior que parece lejano y ajeno a las sombras
humanas que se mueven dentro de él;se mueve como nadie
con los detalles y los personajes (la cliente fija, el
barman, la blancuzca vida provinciana de Lancaster);se
meueve como nadie con abruptos primerísimos planos
nada efectistas, filmados y montados bailes tropicales
que son nada más y nada menos que tétrica premonición
de tragedia, manejando un guión con una reflexiva voz
en off en primera persona (noir of course) que va
marcando primorosamente el ritmo del relato.

Y el final no decepciona nada, historia como ésta sólo
pueden acabar así, ejemplo de coherencia y
comercialidad bien entendida. Un clasicazo de tomo y
lomo. Un peliculón a revisar.