CABALLO DINERO

"Caballo Dinero" (Pedro Costa, 2014) es otro jalón en esa melancólica y fascinante mitología del barrio de Fontainhas inaugurada en "Ossos". Más cerrada, más radical si cabe que lo que recuerdo de "Juventud en marcha", sin perder fuerza poética sí que es una película que se propulsa sobre las anteriores (el segmento final es el corto de "Centro histórico", un tostonazo sacado de contexto que aquí se hace más comprensible), tanto como se propulsa sobre la figura de ese gran hallazgo que es Ventura, ese personaje entre Ford y Ozu. Con una color digital tan cercano al blanco y negro, Pedro Costa, con una de esas filmografías sobre las que volver y seguir descubriendo, sigue siendo, en esta época de ecos y de dejavus incluso en el más concienzudo cine alternativo, una de las figuras que sobre una tradición propone algo más nuevo, más significativo y que menos se parece a nada en el cine actual, una de las voces más propias, que a la larga serán más duraderas. Y aquí se presenta a Vitalina Varela, el centro de su siguiente film, que ya camina triunfante por festivales.