lunes, 3 de julio de 2017

DON GIOVANNI de Wolfgang Amadeus Mozart

Dije el verano pasado que quería ver "Don Giovanni" de todas las maneras posibles y en menos de doce meses aquí la tenemos otra vez.

No voy a decir nada del hermoso teatro del estado en el que se estrenó en la Praga de 1787, cuyo exterior he podido ver in situ, ni de esa historia maravillosa que cuenta que compuso la obertura la mañana del estreno (un consuelo para procrastinadores, sin duda).

Empezar el verano de forma celestial viéndola y escuchándola en el Liceu en la última función del montaje de Kaspar Holten que ya ha estado por lo menos en el Royal. Un montaje enormemente fantasmal, que transcurre en una casa que me hace pensar en la mansión de Sarah Winchester del corto de Bonello. Este verano les cuento. Qué buena lectura del "madamina, il catalogo..."

A los cantantes les falta poner un micrófono hacia el público para que acabemos las frases, como hacen las grandes pop-stars.

Una catedral de la ópera.

Al igual que sucedía con el holandés que vimos hace poco y comentaré por aquí en breve, se potencia una lectura psicoanalítica improbable en la época de Da Ponte, gracias al funcionamiento de proyecciones sobre un escenario basado en una casa de dos pisos que tiene dos funciones:

-Repartir las alegrías por los distintos pisos del Liceu.

-Potenciar con sus enrevesadas escaleras el juego dramático entorno a la desquiciada mente de un enloquecido Giovanni que solo encuentra razón de ser vital en su frenética y acelerada "caza de jovencitas".

La proyección durante el aria " Fin ch'han dal vino" (video) es enormemente expresiva al respecto.

Impresionante Marius Kwacien, en un registro muy físico y testosterónico no muy lejano al de Markus Werba de París en 2013. Divina una de mis mitos líricos, Miah Persson, que repite también el rol de París, su Doña Elvira que aquí ya no necesita salir en combinación. Escalofriante Carmela Remigio como Doña Anna y bueno, el reparto en general nos ha gustado mucho.

Buen viaje a este montaje, que tenga acogida en otros coliseos. Lo hemos pasado en grande. Y ya puestos como hacen en Praga, igual nos proponemos traer un Don Giovanni al blog cada verano.






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