Hacía muchísimo tiempo que no veía un western, sin contar las aportaciones canónicas y para mi casi bíblicas de Ford y Hawks. "Man of the west" (1958) siempre fue mi preferido de Mann, en parte porque los de Stewart solo los he visto una vez cada uno en tv y de éste guardo copia en dvd. Pasados los años y dando muchas vueltas la vida, ahora, desde esa falta de costumbre, me parece una extrañísima y un tanto incómoda mixtura, no necesariamente mal resuelta, entre las personalidades del californiano Mann, que habría hecho unas magníficas películas en el cine mudo, y la dramaturgia del neoyorkino Reginald Rose, que ya había escrito "Doce hombres sin piedad", y entrega una adaptación tan claustrofóbica y dialogada como las deliberaciones de su jurado, tan propia de dramaturgo televisivo de la época, que unida a la interpretación Actor's Studio de Lee J.Cobb y a la omnipresente música de Leigh Harline crean una mezcla desconcertante y atractiva entre lo algo aparatoso de sus sonidos y lo sublime de sus imágenes.
Pues mi western favorito de Mann es "The naked spur" o mucho mejor dicho "Colorado Jim", que tiene todas las virtudes de que fuera marido de Maria Antonia Abad o mucho mejor dicho Sara Montiel, esas que todo buen cinéfilo conoce perfectamente, y además un guión absolutamente perfecto, que convierten a la película, a mi parecer, en una joya total, una de las 50 mejores de la historia, por decir una cifra amplia. "Man of the west" tiene mejor prensa y no sé la razón, quizás aquella crítica de Godard que tanto la ensalzaba. Y aún siendo magnífica me parece inferior a la referida.
ResponderEliminarPues venía a comentar prácticamente lo mismo que Anónimo... Me encantan las colaboraciones de Mann y Stewart y sobre todo aquellas en las que le da ese toque oscuro que, siendo él quien es, queda tan perturbador (también pasa algo parecido en esta con Cooper). Hay quien dice que, tras pasar por la Segunda Guerra Mundial, al bueno de Jimmy, la encarnación del americano medio, se le había puesto turbia la mirada. Ojo, que 'El hombre del Oeste' también la disfruto. Y, por cierto, se sienten muchos ecos suyos en la reciente serie 'Godless', que aun es aprovechable.
ResponderEliminarGracias, chicos, por ratificar lo que vagamente sospecho, tengo esos westerns pendientes de grato recuerdo pero lejanísimos en la memoria, en cambio el haber comprado en su día el dvd de "Hombre del Oeste" ha hecho que lo haya revisado más veces. También ha pesado la bella historia de la denuncia del cineasta Carles Benpar, que consiguió que un juez obligara a TVE a repetir la emisión televisiva respetando el formato.
ResponderEliminarSaludos
Siguiendo el hilo de la mirada turbia de Jimmy Stewart, creo que esa dudosa moralidad que muestra en las de Mann, muy post conflicto bélico, diluidos un tanto el blanco y el negro mutados en grises más problemáticos, extraño si se tiene en cuenta que los estadounidenses fueron los ganadores en todos los sentidos, es la que utiliza Hitchcock en sus colaboraciones de los 50, cuando necesita miradas hacia el abismo, o Ford, en los 60, "reverso tenebroso" del héroe al que convierte en moribundo cuando aparece, como en Liberty Valance. Me parecen fundamentales estas películas Mann-Stewart, pues son semilleros de muchas otras posteriores del cine clásico, como las de Boetticher, Peckinpah, etc. Aunque tampoco salen de la nada, me parece que todos estos grises proceden del cine negro de finales de los 40, con sus héroes sospechosos trasplantados al western. Nada de esto tendría importancia sin para mí el gran talento de Mann, al que considero el mejor encuadrador del cine americano. Esos planos con todo a foco que se le ocurren me parecen de lo más bello de la historia del cine.
ResponderEliminarEntonces lo que se impone en primer lugar es una panorámica sobre el Mann de los 40, que confieso que desconozco.
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