MARCO ANTONIO Y CLEOPATRA
Si bien la he visto en una versión mutilada muy mal cortada y
sospechosamente pródiga en batallas, el amor de Heston por Shakespeare
queda intacto hasta los sobrecogedores pasajes finales. Le ofreció la
película a Welles, cómo no, y una vez Orson la rechazó decidió él asumir
la dirección de una obra que ya había interpretado sobre los escenarios
a finales de los 40. Corpoducida con España y con el concurso de Carmen
Sevilla, Juan Luis Galiardo, Fernando Rey o Sancho Gracia, por suerte
quedan como mínimo el propio Charlton y la maravillosa Hildegard Neil
para deleitarnos con esos versos y esa inmortal historia de amor de
quienes todo lo tuvieron.
JULIO CÉSAR
Un par de años antes Stuart Burge dirigió este Shakespeare con un reparto de campanillas donde brilla hasta el último extra y con un Heston providencial como Marco Mantonio, una vez más. Es una película menos memorable quizás por la propia naturaleza de la obra de teatro, un texto maravilloso apoyado completamente en la palabra, poco dado a respirar mediante gestos o miradas, poco cinematográfico y un tanto opresivo, probablemente algo parecido le pasaba a la película de Mankiewicz. Merece ampliamente la pena igualmente.
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