sábado, 30 de julio de 2011

EL EXORCISTA

Durante años pocas películas me habían causado tanto desinterés, aburrimiento, risa, asco y desprecio como "El exorcista". La culpa la tenía esa insufrible lacra llamada doblaje que padecemos en España. Les explico cómo funciona esto.

William Friedkin le hace pruebas a Linda Blair para que hable como Satanás, pero no lo consigue. Le da vueltas al asunto y va a llamar a las puertas de Mercedes McCambridge, que se pone a dieta de tabaco y alcohol y lo que es más importante, se pone a las órdenes de William Friedkin, que es el director de la película y el que sabe lo que quiere. Friedkin alucina con el trabajo de Mercedes, aunque aún le añade un efecto por aquí y uno por allá. ¿Parece costoso, verdad?. No, en España alguien decide que es más listo que Friedkin y que tiene una alternativa que mejora ese duro trabajo.


Hace pocos meses, gracias a la televisión digital (maravilloso invento que nos libra de la lacra), una noche en la que estaba agotado, estuve entreviendo ojiplático "El exorcista" en v.o.s y me pareció otra película, una vez ya no me fue necesario pensar en la voz española de la niña y pude centrarme en el film. Entonces decidí darle en el futuro un pase entero.

En mi refugio veraniego he encontrado por sorpresa una copia de la película y me ha parecido contemplados sus 127 minutos, magistral, redonda, soberbia. De pe a pa, desde su prólogo en Irak ya hay una magnífica tensión conseguida, un clima malsano y herido en una película donde de hecho no pasa ninguna sacudida seria hasta los 40 minutos de metraje, para desesperación de quien decida ir a ver únicamente movida, pero donde hasta entonces me tiene con la boca abierta.

"El exorcista" se basa en una novela de William Peter Blatty, que a la vez se basa en un artículo periodístico publicado en 1949 sobre un caso real de exorcismo practicado a un niño de 14 años, de escalofriantes similitudes con lo que vemos en la película.

Difícilmente puedo hablar en este caso de mi querido terror "interior", la diáfana presencia de un mal externo a los personajes es indiscutible, pero ese mal externo por sí sólo no funcionaría. La película, sin pretender sugerir que el exorcismo sea un asunto menor (porque además está resuelto con brillantez y mucho talento), me atrapa-porque ese retablo es apasionante- por su actriz confundida sentimentalmente, por la niña que está entrando en la adolescencia (¿y a qué padre de adolescente no le ha precido que su retoño sufría cambios parecidos a los de Regan?), me atrae por su cura joven atormentado de formación psiquiátrica que no cree en exorcismos, por su cura mayor con una cuenta pendiente, por la ciencia médica desorientada, perdida ante la conducta de la niña, que receta medicamentos sin control y realiza pruebas crueles, por su policia cinéfilo y bromista al que interpreta un maravilloso Lee J.Cobb al que no recordaba en esta película...¿A que no recordaban con claridad que hubiera nada de eso en "El exorcista"?.



Friedkin sabe plasmar todo eso con un temple admirable, emocionante, la película tiene una luz otoñal preciosa, la tensión está genialmente dosificada y el verdadero escalofrío te lo regalan unos personajes que viven en una sociedad tenebrosa y por descubrir de convulsiones ya sedimentadas y nada asimiladas que sólo pueden verse reflejadas en el rodaje de la película en la que Ellen Burstyn personaje/actriz interpreta a una profesora contestaria, cuando en ese momento post-Nixon con Vietnam casi perdido, la contestación podría escribir en carne viva el terrorífico "help me" que parecen entonar todos los personajes de la película.

A sus pies. Obra maestra.


















STYLISH BLOGGER AWARD

Ganarse un acre me ha concedido el Stylish Blogger Award, que reconoce el trabajo y la elegancia en los blogs. Es un premio en cadena (o vírico) por lo que ahora me tocaría seleccionar 7 blogs nominados y concederle al premio a 1, 3, 4 o a los 7, ahhhh, misterio, mañana por la tarde-noche procuraré desvelarlo. Además debo contar 7 anécdotas de cine.


Echadle un vistazo a ganarseunacre y a los blogs que ha nominado y/o premiado, y a la vez a qué blogs nominan los premiados, el objetivo es que haya el máximo número de blogs interconectados.

Mis blogs nominados son:

Arsenevich: por su apasionada cinemateca universal que no conoce de tiempos ni de nacionalidades.

Pelicuario: Por sus recomendaciones variadísimas y por la concurrida parroquia que convoca y atrae su sencillez y ganas de descubrir.

Un blog comme les autres: Por su profundo conocimiento de la historia del cine, que le abre la posibilidad de sugerir que ésta pueda ser otra diferente a la que se ha contado.

Abbascontadas: Un blog de cine y otras formativas distracciones a pie de calle y a pie de vida.

Huele a palomitas: Por su sinceridad y su arrojo juvenil y sus ganas de descubrir.

Juventud en marcha:análisis del cinematógrafo: Por lo justificadamente espaciadas en el tiempo que están las entradas, porque se han preparado con exquisito mimo y deliciosa capacidad de sorpresa.

Misterioso objeto al mediodía: Otro tanto en exquisita y delicada preparación de cada entrada.

Y añado un bonus:

Última cena en Nankín: Aunque no sea (¿o si?) estrictamente de cine, por la terrorífica y adictiva envidia que me produce su lectura. Porque los textos sobre viajes-aunque no sean turísticos-me gustan así, trufados de anécdotas personales que podríamos haber protagonizado nosotros en nuestras sufridas carnes y no trufados de siglos de construcción de catedrales y puentes.

Mención a especial a blogs prometedores que me gustaría que fueran más constantes o arrancaran definitivamente (es un sentimiento esencialmente positivo remarco y nada reprochón ni lloroso, que cada cuál sabe lo que puede y lo que quiere hacer): Puentes y caminos, He visto cozitas que no creeríais, Les nuits où je n'existe pas

Mis anécdotas de cine

- Un mes antes de empezar como novios, mi mujer se apuntó a ir conmigo al cine a ver "Los climas", yo le dije que prefería ir sólo porque ya la había visto y temía para mis adentros qué negros pensamientos sobre las relaciones de pareja podía inspirarle la negrísima, apesadumbrada y tristísima película de Bilge Ceylan. No calibré con tanto nervio previsor la cara de chasco que se le quedó a la pobre, que ante ese rotundo "no" daba lo nuestro por imposible o poco probable...su perspicacia y sensibilidad demostrada en muchísimas sesiones hubiera dado para "Los climas" y para más...sólo Jeanne Dielman empanando filetes durante tres cuatros de hora lo hubiese puesto en peligro todo.

-No puede faltar el recuerdo de El día Fassbinder

-Mis alumnos de sexto de primaria hace cuatro años con el corazón en puño durante la escena del Royal Albert Hall en "El hombre que sabía demasiado", versión 1956.

-Mi primer Bergman, 14 años, una proyeccíón de "El séptimo sello" en la que el proyeccionista no acertó a parar a tiempo la música de sala y las primeras imágenes del maestro me llegaron al son de los acordes de "Me sube la bilisrrubina" de Juan Luis Guerra. No entendí qué tenía de difícil ese tío que contaba historias de caballeros medievales y terribles pestes con un toque de género fantástico.

-Presentar "Umberto D" en una asociación universitaria y al acabar decir que te tienes que largar pero que les prometes que todo lo que has dicho es cierto. Al final me contaron que les había gustado más "Ladrón de bicicletas", habíamos visto también "Muerte de un ciclista" y yo había escrito para ellos un artículo llamado "El cine en diez latidos". En unas juventudes sindicales, hace siglos, les pasé "Las uvas de la ira". Hace siglos que no tengo grandes oportunidades de enseñar películas en otros lugares, al menos con la frecuencia y la intensidad de hace diez años.

-Perderme en el barrio Latino de París y no encontrar el cine en el que proyectan "Tiempo de amar, tiempo de morir".

-Comprar billetes en trenes nocturnos con antelación para poder volver a casa después de algunas películas en Barcelona y reservar habitación de hotel para llegar pronto al pase de prensa matinal de "El romance de Astrea y Celadón".

-Saber que esto del cine es para siempre viendo "La huida" de Sam Peckinpah, que todos se vayan a acostar y te dejen sólo viendo "Psicosis" en una casa aislada en el campo, que te lleven siendo un niño de ciclo inicial a ver "Los santos inocentes", salir de ver "Misterioso asesinato en Manhattan" y saber qué quieres de la vida, muere Bernstein y flipas con la integración entre música y drama en "West side story" que durante la adolescencia ves cada tres meses, Jean Simmons tumbada en la playa en pantalla grande en "Con los ojos cerrados", Laredo, Pontedeume e Izalzu, que un pobre anciano parezca que se ahogue viendo "Lo que el viento se llevó" y sólo dos personas vayamos a socorrerle, salir de ver "El resplandor" a las cuatro de la madrugada tomarse dos bebidas enérgeticas y volar a Bruselas al día siguiente como si nada, amanecer muchas veces con los amigos viendo "Hannah y sus hermanas"...

...y es que podrían ser tantísimas...si hasta he escrito y radiado 69 programas de 10 minutos, que siempre sospeché que no tenían oyentes...

martes, 26 de julio de 2011

SOMEWHERE

El 3 de septiembre de 2010 se presentó en Venecia "Somewhere" de Sofia Coppola, que acabaría ganando el León de Oro de la Mostra. Casi un año después la ha visto todo el planeta, algunos hace ya muchos meses, permaneciendo inédita en España por el momento, algo más habitual de lo que es recomendable para los propios cines y convirtiéndose aquí en una inesperada película maldita, que, como "Two lovers" o "Paranoid park", acabará conociendo a los dos años un estreno de tapadillo en el que ya no interesará a nadie, pues con la globalización está disponible no hablemos ya de medios  discutibles sino incluso en blu-ray.

"Somewhere" es una película tan potente como desequilibrada. A veces parece que Sofia Coppola ha hecho con tanta pericia como impostura un roscón de pan duro al gusto de la crítica europea. No basta o no debería bastar con filmar planos fijos que duran minutos y minutos por muy bien encuadrados que estén con un uso casi inexistente de la música para pasar por una autora sobria digna de ser tomada en serio, aunque su éxito ha sido rotundo en este sentido. A veces su incapacidad para crear personajes emocionantes más allá de sus monigotes sin alma lastra la película, en la que cuesta mucho entender dónde está el supuesto drama y el vacío personal del vacío personaje de Stephen Dorff, pobrecito él que se encuentra una mujer desnuda cada vez que da una patada a una piedra. No sé si hay que ser californiano con dinero para entender esas desazones existenciales, porque ya me desinteresé mucho del antipático personaje de Scarlett Johansson en "Lost in translation".

Lo mejor de la película, que para mí es muy insatisfactoria y muy atractiva a partes iguales (no en vano he hecho un sobresfuerzo por verla entera, porque me ha dormido varias veces, y estoy de vacaciones y fresco como una lechuga), lo mejor de la película es cuando olvidas el supuesto drama psicológico y una vez vaciado de esos pobres psicologismos aparece resplandeciente el gusto de Sofia Coppola por filmar la convivencia de padre e hija-todo un manifiesto generacional de wii+crepúsculo-por filmar el pasaje en Italia (con la reportera a lo caiga quien caiga y la gala televisiva) y por filmar entregada ese tiempo tan muerto y tan vivo entre padre e hija que no es necesario adornar con motivaciones novelescas. Incluso se le puede perdonar la proeza de conseguir que el baile en la barra de las chicas sea un motivo tan cursi como le queda aquí, las chicas que llevan su barra plegable a la habitación de hotel que ha llamado la atención de la observadora Sofia Coppola, definitivamente más dotada para mirar que para fabular.








domingo, 17 de julio de 2011

EL SÉPTIMO CONTINENTE

Basada en un hecho real, el primer trabajo para el cine de Michael Haneke es esta película de línea dura en la que se muestra con efectividad hiriente la extrañeza y el trastorno de los actos cotidianos. La hija pequeña de un matrimonio simula una ceguera para llamar la atención, este hecho alterará a una familia ya herida en la línea de flotación y le hará replantearse hasta extremos trágicos su existencia robótica destinada a ganar y a tener cada vez más. Nuevamente me interesa mucho más la escenificación cortante de los hechos que los análisis sociológicos y críticos que pueden extraerse, y me interesa que ya pueda verse al mejor y más áspero Haneke, que espero que vuelva tras el homenaje que se ha dado a sí mismo con "La cinta blanca".





sábado, 16 de julio de 2011

CLAIRE DENIS

Existen dos Claire Denis en las cuatro películas que llevo vistas de ella, bueno, eso no sería cierto en cuanto a la coherencia de sus películas entre sí, pero sí en cuanto a la capacidad de atracción y fascinación que tienen sobre mí. La Claire de paisajes y sentimientos agrestes y la Claire de paisajes y sentimientos urbanos.

Aún recuerdo el impacto que sobre mi produjo "Vendredi soir", que un inteligente, lúcido y divertido forero proponía como ejemplo del que los personajes de "Lost in translation" deberían aprender. "Vendredi soir" creo que sigue siendo una de las películas que prefiero de la década pasada. Un hombre y una mujer, terroríficamente atractivos y terroríficamente creíbles y auténticos que se conocen un viernes noche y se despiden una sábado por la mañana.

En contra del entusiasmo generalizado reconozco en cambio que me estrellé contra "Beau travail" y su estudio del espacio físico y los cuerpos que por él transitan, a la que se parece más de lo que a mí me habría apetecido la recién estrenada "White material". Es cierto que el cine de Claire Denis es siempre un cine de cuerpos en un espacio físico, más que un cine construido con diálogos y un drama estructurado como una cuadrícula (o al menos no destaca por ese drama), aunque creo que a las historias desarrolladas en Djibouti y Camerún respectivamente  les falta unas brazadas de turbación y capacidad de emoción que me ofrecen sobradamente las historias parisinas.

A todo esto siempre me ha sorprendido que la magnífica "35 rhums" no conociera estreno en España, ya que me parece de bastante más calado y enganche para los supuestos gustos medios del público y hubiera ejercido con gigantesca dignidad un papel de "película sorpresa y revelación de la temporada", algo que la marciana y exigente "White material" y sus imágenes gélidas y no necesariamente desdeñables no puede ofrecer a nuestros queridos exhibidores. Extraña lógica en la exhibición del país, que no deja de convertir en una celebración que "White material" se estrene, aburra, moleste y descoloque si hace falta, porque si no acabamos siempre con unas películas previsibles hechas como un guante para los espectadores. Hay una intencionalidad en "White material", una ambición y una continuidad. Y talento visual, pero permitan que me muera de ganas de que Claire vuelva a París.




LA SALA DE CINE COMO EXPERIENCIA

Ayer estuve en una de las salas de cine en la que más a gusto estoy desde hace unos añitos, a pesar de haber estado poquitas veces y de no haber visto en ella nunca ninguna exquisitez (la mejor "Toy story 3"). No he estado muchas veces pero siempre lo he pasado bien hasta cuando la película no me gusta, que es la victoria absoluta de una sala de cine. Ya habrán adivinado los informados que me refiero al Kinépolis en Madrid, en la llamada Ciudad del Cine, a la que se llega tras un viaje-atraco en lo que aquí llaman metro ligero y el resto del mundo tranvía.


La butaca es más que cómoda, el espacio es muy amplio, la pantalla es más que enorme. Vi ayer la última parte de "Harry Potter", en V.O.S y proyección digital, por supuesto comiendo chucherías porque si no te desesperas sin saber qué hacer con las manos. Por supuesto a los cinco minutos estaba más que perdido en la trama, a pesar de haberme informado previamente y haber visto otras dos salteadas (entre ellas la sobrevaloradísima obra de Alfonso Cuarón). Me aburrí de lo lindo, pero no me desesperé ni me enfadé porque francamente, como digo, se está a gusto hasta cuando la película no te gusta, o en este caso no te interesa, pero de todas maneras, como no soy tan conformista empecé a imaginar mientras escuchaba la música de Alexandre Desplat para el cierre del niño mago (el hombre que compone la música de todas las películas que existen hoy en día) cómo sería ver en esas condiciones, V.O.S y digital, mi esperada "The tree of life". Y acto seguido les escribí haciendo la petición, que de pequeñas ilusiones también vive uno. Si alguien se quiere añadir a la petición...


Hoy o mañana, no sé, volveré a otras salas y veré películas que me gustan, pero cabe preguntarse, si dada la hecatombe mercantil, el futuro no pasa por volver a convertir tu negocio en una experiencia insustituible de la que tu público no pueda encontrar ni si quiera sucedáneos. Hablo del negocio, de la barraca, no de cinefilia ni de calidad de las películas forzosamente, de la que vamos ampliamente surtidos en formatos domésticos. Se publica un artículo muy interesante al respecto: Austin, la otra meca del cine.

Y es preocupante porque creo que internet, por la potencia de su difusión, asegura la eternidad del buen cine, pero la eternidad de las salas cada vez parece menos garantizada. Y lo lamentaría, y ni si quiera parece que bastara por si sólo el paradigma de cine que algunos programaríamos en ellas para mantenerlas a flote. En este siglo XXI hace falta algo más que buen cine para que la sala viva, para bien o para muy mal.

jueves, 14 de julio de 2011

VIAGGIO IN ITALIA + L'AVVENTURA

Confieso que llevo en casa seis días de un vago escandaloso y vergonzoso. He visto muchas menos películas de las que creí que me apetecerían, he intentado ver otras tantas en las que mi estado ausente-veraniego me ha impedido concentrarme y he padecido los dolores que suelo padecer en los inicios de las vacaciones o para mí  mejor llamarlo frenazos en seco (algo vergonzante pues disto mucho de ser un adicto al trabajo y me encantan las vacaciones). La película más chula, revitalizante, necesaria y eufórica que he visto estos días ha sido "Aquele querido mês de agosto" . Como no he conseguido ni sabido que bata el récord de visitas del blog pues vuelvo a poner el link por si acaso. Eh, que tampoco es necesario hacer trampas para forzarlo, quien no haya entrado aún que entre, quien lo haya hecho que pase de entrar. Y cuento que la han editado en dvd los de Cameo en la colección Cahiers du cinema. Me parece maravillosa.

Mañana me voy a pasar un tiempo fuera de casa, iba a despedir esta pequeña etapa de actualización constante, cambiándola por una etapa de actualización incierta con alguna película recién vista, pero como no he visto ninguna, echo mano de un memorable programa doble que me monté en casa hace dos veranos, que ya fue objeto de una versión anterior del blog, con blogspot y el vlc menos desarrollados. Las dos películas supusieron un impacto en su día en la manera de entender el relato cinematográfico, incomodaron (¿incomodan?), quedaron incrustadas en el inconsciente de las siguientes generaciones de cinéfilos, el mío entre ellos, que pienso repetidas veces en ellas, y me parecen tremendamente emocionantes e incombustibles, películas a las que volver una y otra vez sin descanso.

VIAGGIO IN ITALIA (1954)

O cómo contemplar pacientemente escultura en plena crisis















L'AVVENTURA (1960)

La desaparición de Anna