Pues no. Gran obra.
Reconozco que ha sido refrescante no volver a la ambientación dieciochesca que tenía la ópera de Puccini del mes pasado y optar por una más moderna (por eso las reivindicaba yo hace poco, para airear al aficionado). Llevada a cabo en Berlin bajo la dirección de Barenboim, a mayor de gloria de la pareja guapetona de moda en aquel momento Villazon/Netrebko (cosa que nadie que los tuviera a sus órdenes obviaba en el vestuario, especialmente Anna en el acto II), pareja a los que recuerdo en "L'elisir d'amore".
(Con perdón de la gran Natalie Dessay que por aquella época también la hizo en Barcelona pero eso sí, otra vez dieciochesca, ya la veré en otro momento.)
El montaje me parece una preciosidad y el trabajo de los libretistas Henri Meilhac y Philippe Guille, anterior en el tiempo, puede que no tan frenético como el trabajo de los de Puccini pero muy pontente en lo dramático. Si vas a ser menos elíptico que las escenas que no te ahorras funcionen. Y funcionan.
Massenet está total y absolutamente puesto a los pies de ese libreto.
Todo un misterio como una novela tan pesadita ha podido dar lugar a dos óperas tan magníficas.
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