LA CASA LÚGUBRE: Los 71 días de lectura de "Nuestro amigo común" se han convertido en 56 días de lectura para "La casa lúgubre", ahora que la crisis catalana no me tiene tan despistado. Las comparo porque ambas tienen el mismo millar de páginas, innumerables personajes (juraría que a veces sale uno nuevo cada tres páginas), irregularidades, bajones, pasajes en los que no me entero de nada y en ambas jamás se me pasa por la cabeza abandonar.
Quizás me guste más ésta porque su último cuarto es soberbio, desde que cobra fuerza el personaje del detective Bucket, me gusta más ésta porque Dickens alterna magistralmente un narrador omnisciente y una primera persona que, en contra de la opinión generalizada, no me parece ridícula ni paródica (pobre Esther Summerson, cuánto cinismo, cuánto estar de vuelta de todo, qué crucificada está la dulzura). Y en definitiva me gusta más ésta porque me ha hecho recordar y apreciar mejor "Nuestro amigo común".
Porque ambas son la propia vida, aburrirse y disfrutar pero no querer dejarlo nunca. Qué emocionante eres Charles Dickens, qué grande eres. Qué final tiene esta novela, tan Pickwick, tan Dickens. Qué ganas de seguir amorrado, unido de por vida a todas tus novelas que me quedan por leer y al acabar qué ganas de releerlas todas otra vez.
EL VILLORRIO: Primera parte de la llamada trilogía de los Snopes o ciclo de Yoknapatawpha (sin usar el copy/paste ¡toma!). Estructurada en cuatro partes, todas demuestran por qué el misterio narrativo sureño de Faulkner, que nos gusta tanto en este blog, sigue presente en estos digest mensuales. Sin embargo se me antoja que la segunda parte (la de Eula Varner) tiene un nivel al que el resto de la novela no llega e intuyo que tampoco lo pretende especialmente. Ahí está puesta muy expresamente toda la carne en el asador.
LA LEYENDA DEL SANTO BEBEDOR: Aunque no me ha llegado a producir el deslumbramiento que me produjo "El espejo ciego" en verano, muy sugestionado yo por estar volviendo en avión de la propia Viena, se trata de un poderoso relato ambientado en las riberas del Sena parisino. Con la ironía y la suerte (o la fatalidad y el destino) como implacables protagonistas.
HURACÁN EN JAMAICA: Aclamada novela que dio lugar a "Viento en las velas", una de mis películas favoritas. Al contrario que las novelas de Centauros del desierto y Vertigo, me ha decepcionado y aburrido de forma notable, me ha parecido muy superficial y sosa, no encontrando en ella un tono o un tratamiento que me atraiga. Me parece una muestra de que el cine no es un Arte inferior y puede ofrecer tratamientos de una hondura y una lírica comparables o superiores a los que puede ofrecer la Literatura y que por tanto no hay lugar para jerarquías absurdas. Solo la primera aparición de Anthony Quinn en escena es un plano que me dice más que toda esta novela entera. Sea como sea tomen nota de ella porque gusta muchísimo, ésta mía es una opinión a la contra muy minoritaria.
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